viernes, 16 de noviembre de 2012

ALEGATOS DE ABUELAS Y LA SECRETARIA DE DD.HH.


Pedidos de prisión perpetua

(Fuente: Página/12) 

La Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la agrupación Abuelas de Plaza de Mayo pidieron la pena de prisión perpetua para el dictador Reynaldo Bignone y el ex jefe del Comando de Institutos Militares de Campo de Mayo Santiago Riveros por los delitos de lesa humanidad cometidos en ese centro de detención durante la última dictadura. La Secretaría de DD.HH. y Abuelas hicieron el pedido de penas en los alegatos del juicio, en el que también solicitaron penas que van desde la perpetua a los 15 años de prisión para el resto de los diez acusados. La secretaría que encabeza Martín Fresneda le pidió al Tribunal Oral Federal 1 de San Martín que las condenas fueran cumplidas en cárcel común.
Se trata del sexto juicio que se realiza por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura en el centro clandestino de detención de Campo de Mayo, uno de los más grandes del terrorismo de Estado, por donde se cree que pasaron cuatro mil secuestrados y en el que funcionó una maternidad clandestina. En este proceso se juzgan veinte casos, entre ellos la apropiación de Laura Ovando y Bárbara García Recchia.
Junto a Bignone y Riveros están siendo juzgados Eugenio Guañabens Perelló, ex director de la Escuela de Servicios para Apoyo de Combate General Lemos, para quien la secretaría y Abuelas pidieron 25 y 15 años de prisión, respectivamente. El juicio continuará el martes 27 de noviembre con el alegato del fiscal Marcelo García Berro y dos días después hará lo propio Pablo Piatigorsky, abogado querellante de la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Se expuso el alegato de la querella


Los abogados de Abuelas de Plaza de Mayo, Mariano Gaitán y Florencia Sotelo, en representación de la Asociación, Laura Catalina de Sanctis Ovando y Juliana García, expusieron el alegato contra los imputados en la audiencioa de hoy por el nuevo juicio de Campo de Mayo.
Luego de definir los crímenes que se le imputan a los acusados como de Lesa Humanidad, los abogados procedieron al pedido de penas:
Para Santiago Omar Riveros, Reynaldo Benito Bignone, y Luis Sadí Pepa reclusión perpetua. Para Eugenio Guarañabens Perelló, 15 años de prisión; y para Julio San Román, Hugo Miguel Castagno Monge y Carlos Eduardo José Somoza 25 años de prisión. En el caso de los apropiadores de Catalina, Carlos del Señor Hidalgo Garzón y María Francisca Morillo, la querella solicitó 23 años.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Abuelas presenta mañana su alegato


Abuelas de Plaza de Mayo informa que mañana, jueves 15 de noviembre a partir de las 9.30, la querella de Abuelas de Plaza de Mayo presentará su alegato en el nuevo juicio de Campo de Mayo, por crímenes de lesa humanidad cometidos en la zona norte de la provincia de Buenos Aires en perjuicio de veinte víctimas -entre ellas siete mujeres embarazadas-, y por la apropiación de Laura Catalina de Sanctis Ovando, nieta restituida en 2008.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de San Martín, integrado por los doctores Héctor Sagretti, Daniel Cisneros (subrogante) y Daniel Petrone (subrogante), está a cargo del juicio que tiene en el banquillo a los represores Santiago Omar Riveros, Reynaldo Benito Bignone, Luis Sadí Pepa, Eugenio Guarañabens Perelló, Julio San Román, Hugo Miguel Castagno Monge, Carlos Eduardo José Somoza, Carlos del Señor Hidalgo Garzón y María Francisca Morillo, estos últimos, apropiadores de Catalina.
Los abogados Mariano Gaitán y Florencia Sotelo, en representación de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Laura Catalina de Sanctis Ovando y Juliana García, expondrán el alegato contra los imputados. La audiencia será en el TOF Nº 1, Pueyrredón 3728, partido de San Martín, donde se está llevando adelante este juicio.
Esperamos contar con la colaboración de los medios y de la sociedad en general para difundir los juicios contra los genocidas que secuestraron y desaparecieron a nuestros hijos y nietos.
En el blog nuevojuicioporcampodemayo.blogspot.com se puede acceder a información actualizada.
Buenos Aires, 14 de noviembre de 2012.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Mañana declara el apropiador Carlos del Señor Hidalgo Garzón


(Comunicado de prensa)
Abuelas de Plaza de Mayo comunica que mañana, martes 13 de noviembre, desde las 9.30, el ex oficial de inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón, apropiador de la nieta restituida Catalina de Sanctis Ovando, prestará declaración indagatoria ante el TOF Nº 1 de San Martín.
Este juicio por los crímenes cometidos en Campo de Mayo incluye a veinte víctimas, entre ellas siete mujeres embarazadas. Además, contempla la causa por la apropiación de Catalina, hija de Miryam Ovando y Raúl René de Sanctis, ambos desaparecidos.
Catalina nació el 11 de agosto de 1977 durante el cautiverio de su madre en la maternidad clandestina que funcionó en el Hospital Militar de Campo de Mayo y fue apropiada e inscripta como hija biológica por Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo. En septiembre de 2008, la joven recuperó su identidad y hoy es querellante en la causa.
Las audiencias son públicas y se desarrollan en la sala de la calle Pueyrredón 3728, del partido bonaerense de San Martín. Cabe agregar que la declaración de Hidalgo Garzón estaba prevista para el pasado jueves 1º de noviembre pero fue suspendida. Esperamos mañana y en lo que resta del juicio –que ya se encuentra en la fase final– contar con la compañía de los medios y de la sociedad.

Ciudad de Buenos Aires, 12 de noviembre de 2012.

viernes, 2 de noviembre de 2012

La declaración que no fue


Luego de la declaración de los represores Hugo Miguel Castagno Monge y Julio San Román, estaba previsto que el Tribunal Oral Federal número 1 de San Martín tomara indagatoria a Carlos del Señor Hidalgo Garzón, apropiador de la nieta restituida Catalina de Sanctis Ovando.
Sin embargo, los jueces, pese al pedido de la fiscalía y de los abogados de Abuelas, optaron por dar por concluida la jornada a las 16  y suspender la declaración del apropiador hasta la siguiente audiencia.
Tanto Catalina, querellante en la causa, como los abogados lamentaron esta situación que no hace más que prolongar los tiempos de espera, con la ansiedad y el nerviosismo lógico que se genera en la víctima. 

miércoles, 31 de octubre de 2012

Mañana declaran el apropiador Carlos del Señor Hidalgo Garzón y otros dos represores por el juicio de Campo de Mayo


(Comunicado de prensa)

Abuelas de Plaza de Mayo comunica que mañana, jueves 1º de noviembre, desde las 10, el ex oficial de inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón, apropiador de la nieta restituida Catalina de Sanctis Ovando, prestará declaración indagatoria ante el TOF Nº 1 de San Martín. También lo harán los represores Julio San Román y Hugo Miguel Castagno Monge, ambos ex oficiales de Gendarmería y jefes de custodia del centro clandestino de detención "El Campito".

El nuevo juicio por los crímenes de Campo de Mayo contempla a veinte víctimas, entre ellas siete mujeres embarazadas. Además, incluye la causa por la apropiación de Catalina, hija de Miryam Ovando y Raúl René de Sanctis, ambos desaparecidos.

Catalina nació el 11 de agosto de 1977 durante el cautiverio de su madre en la maternidad clandestina que funcionó en el Hospital Militar de Campo de Mayo y fue apropiada e inscripta como hija biológica por Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo. En septiembre de 2008, la joven recuperó su identidad y hoy es querellante en la causa.

Las audiencias son públicas y se desarrollan en la sala de la calle Pueyrredón 3728, del partido bonaerense de San Martín. Esperamos contar con la compañía de los medios y de la sociedad en estos momentos decisivos del juicio.

Campo de Mayo: se reinician las audiencias en el juicio a Bignone, Riveros y otros once

(Fuente: Télam) 


Las audiencias públicas en el nuevo juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo se retomará este jueves con la ampliación indagatoria a trece imputados, según informaron allegados a la causa.

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal tomará desde las 9.30 declaración a los imputados que son juzgados por crímenes de lesa humanidad contra veinte víctimas, entre ellas siete embarazadas, en su nueva sede ubicada en Pueyrredón 3728, partido de San Martín.

Esta será la última audiencia antes del comienzo de los alegatos, previsto para el 13 de noviembre con la acusación de parte de la querella de Abuelas de Plaza de Mayo.

El sexto juicio por Campo de Mayo, que comenzó el 23 de agosto, tiene como imputados además de Riveros (ex comandante de Institutos Militares), Bignone (ex presidente de facto y segundo de Riveros), a Eugenio Guarañabens Perelló, Julio San Román, Luis Sadi Pepa, Osvaldo García, Hugo Castagno Monge, Carlos Somoza, Carlos Macedra, Eduardo Corrado, Carlos del Señor Garzón y María Francisca Morillo, estos últimos acusados por apropiación.

Campo de Mayo fue uno de los mayores centros clandestinos de detención con 5.000 hectáreas en el conurbano bonaerense y allí funcionó la maternidad clandestina conocida como "El Campito" y tres lugares de alojamiento de secuestrados.

Se calcula que por los tres centros clandestinos que había en el lugar pasaron unas 4.000 víctimas de las cuáles sobrevivió solo un diez por ciento.

lunes, 1 de octubre de 2012

Se reanudan las audiencias del nuevo juicio por Campo de Mayo, con la declaración de cuatro sobrevivientes


(Comunicado de prensa)
Abuelas de Plaza de Mayo informa que mañana, 2 de octubre, desde las 12.30, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de San Martín retomará las audiencias públicas en el nuevo juicio por Campo de Mayo.
Veinte víctimas, entre ellas siete embarazadas, están contempladas en este proceso por crímenes de lesa humanidad que tiene en el banquillo a represores como Reynaldo Benito Bignone, Santiago Omar Riveros y Eugenio Guañabens.
Entre otros testigos, declararán cuatro sobrevivientes del CCD “El Campito”. Ellos son: Beatriz Castiglioni (vio allí a la embarazada Beatriz Recchia), Eduardo Covarrubias, Alicia María Castro y Eduardo Cagnolo (vio a la embarazada Ana María Lanzillotto y a su pareja, Domingo Menna).
Las audiencias se desarrollan en Pueyrredón 3728, partido de San Martín. Los mayores de 18 años pueden ingresar con DNI.
Es importante contar con la presencia de los medios y de la sociedad en general en este juicio en el que buscamos condenas para algunos de los responsables de la desaparición de nuestros hijos, hijas, nietos y nietas.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Continúan las audiencias con la causa García-Recchia


(Comunicado de prensa) 
Abuelas de Plaza de Mayo comunica que mañana, jueves 27 de septiembre, se reanudarán las audiencias en el nuevo juicio por crímenes de lesa humanidad en Campo de Mayo, que contempla veinte víctimas, entre ellas, siete embarazadas.
Desde el mediodía, comenzará la ronda de testimonios por la desaparición de Beatriz Recchia, embarazada de cinco meses al momento de su secuestro, y por el asesinato de su pareja, Antonio Domingo García, en un operativo en Villa Adelina, el 12 de enero de 1977.
Beatriz fue vista en el centro clandestino de detención “El Campito”, de Campo de Mayo. Allí, en mayo de 1977, nació Bárbara García Recchia, nieta restituida en febrero de 2009. Su hermana, Juliana García, es una de las querellantes en el juicio.
Por esta causa, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Número 1 leerá la acusación contra Luis Sadí Pepa, por entonces Director de la Escuela de Comunicaciones, dependiente del Comando de Institutos Militares, y responsable de los crímenes cometidos en el “Área 420” (Florida).
Este juicio es el primero que enfrenta Sadí Pepa. Durante la audiencia, el represor tendrá la posibilidad de decir unas palabras ante la justicia. Luego, declararán testigos del operativo de secuestro de Beatriz y Antonio y policías de la zona.
Las audiencias se desarrollarán en la sala de la calle Pueyrredón 3728, partido de San Martín. Los mayores de 18 años pueden ingresar con DNI.
Esperamos que la sociedad y los medios nos acompañen en esta nueva búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

La caída en el edificio de Villa Martelli


Los testimonios de Ramiro Menna, Alba Lanzillotto y su hermana María Isabel, Diana Cruces y otros reconstruyeron cómo fue el operativo de la dictadura que secuestró a Domingo Menna y Ana María Lanzillotto, de la conducción del PRT.

(Fuente: Alejandra Dandan - Página 12)

El mundo en la puerta de los tribunales de San Martín parecía haber entrado en 1976. Entre antiguos militantes que se acercaban aparecía ese lenguaje de “buró político” o los saludos entre “compañero” y “compañera” que dejaban empezar a ver la reconstrucción de ese universo que iba a seguir poco más tarde en la sala. Y allí: julio de 1976. Un encuentro frustrado entre la dirección de Montoneros y el ERP. Un invierno más crudo que otros inviernos. Y el operativo en el edificio de Villa Martelli justo el 19 de julio, cuando debían irse del país Roberto Santucho y su compañera, Liliana Delfino.

La caída de la conducción del PRT volvió a aparecer en la sala, por primera vez en términos de juicio oral, a partir de la indagación que este juicio hace sobre las caídas del Gringo, Domingo Menna, y de Ani, Ana María Lanzillotto, su compañera, embarazada de ocho meses el día del secuestro. Ellos son parte de la causa fragmentada, dividida en múltiples casos. Los testigos, sin embargo, terminaron volteando esa fragmentación. Diana Cruces, la esposa de Fernando Gertel, del buró político, caído ese mismo día, habló de eso al final de la declaración: “Ya he testimoniado muchas veces, aunque es la primera vez que lo hago en etapa oral. Voy a tener que seguir haciéndolo. Deseo hacerlo por cada compañero: Santucho, Benito Urteaga, Domingo Menna, Ana María Lanzillotto y Liliana Delfino, pero esto implica mucho dolor, mucho costo para todos nosotros. Por eso solicito al tribunal a ver si podemos unificar las causas para que se haga justicia”.

–¿Quienes son tus padres? –le preguntó desde la fiscalía Marcelo García Berro a Ramiro Menna.

–Mi madre es Ana María Lanzillotto y mi padre, Domingo Menna –dijo y siguió de un tirón–. Ana María era hija de Nicolás Lanzillotto y Brígida Cáceres. Nacida y criada en La Rioja. Estudió en Tucumán, militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Domingo Menna es hijo de Pánfilo Menna y de Irma, nacido en Italia, pero desde muy pequeño criado en Tres Arroyos. Hizo los estudios universitarios en Córdoba. Conoció a mi vieja en el PRT, estimo que a fines del ’72 o principios del ’73.

–¿Qué sabe de los hechos?

–En el año ’76 yo tenía dos años. Lo que pude reconstruir del 19 de julio es lo siguiente: en Villa Martelli vivían en un edificio con varias familias, en distintos departamentos en situación de clandestinidad. Yo vivía ahí con ellos y en horas de la mañana me habían llevado a una guardería. Durante ese día se produjo el operativo militar que digamos concluye con la muerte de Santucho, Urteaga y los secuestros de mi padre, mi madre, Liliana Delfino y creo que también de Fernando Gertel. El resto de la familia se enteró de la caída por la tele y los medios de comunicación. En La Rioja había una parte importante de mi familia materna. Averiguaron qué hacer. Un tío abogado, Carlos Mario Lanzillotto, tenía un compañero de la facultad que parece tenía vínculos con la dictadura. Algún tipo de rol en la Justicia. El hombre éste les dijo: “De tu hermana y su marido, si no los mataron, olvidate de que te los devuelvan con vida. Del hijo voy a ver qué puedo hacer”. Averiguó y les pasó el dato de dónde estaba yo, por lo menos es lo que pudimos reconstruir: yo terminé en una guardería que dependía de la Cooperadora de la Policía Federal y estaba bajo la órbita del Juzgado Federal de San Martín. Ahí fue donde me encontraron.

Durante el día de ayer declararon también Alba Lanzillotto, una tía de Ramiro que estuvo en Abuelas de Plaza de Mayo durante más de veinte años; su hermana María Isabel; Diana Cruces, Juan Arnol Kremer, “Luis” para los militantes, de la conducción.

“El día 19, no recuerdo bien si alrededor de las tres de la tarde –dijo Kremer–, me dirijo al domicilio de Menna y, dadas las circunstancias, teníamos que seguir medidas preventivas, como llamar por teléfono. Llamé desde una zona cercana y, para mi sorpresa, la voz que apareció en el teléfono era absolutamente desconocida.”

–Soy Flores –dijo él, como debía hacerlo.

–¡Venga Flores! ¡Venga! ¡Que lo estamos esperando!

“Eso me dio la pauta de que en esa casa pasaba algo rarísimo. Me dirigí a la Avenida General Paz (desde donde veía una ventana) y desde el coche vi la luz encendida, las ventanas abiertas y una situación muy rara. Busqué otro teléfono público. Oí otra voz. Algo había pasado, así que me retiré de la zona.”

Alba estaba en Carmen de Patagones, territorio de su hermana Quela, adonde había llegado escapando después de estar detenida y ser amenazada. “Estábamos en una verdulería con la radio prendida”, dijo, sentada, el pelo blanco. “Cortan la trasmisión y dan la sensacional noticia de que habían matado a los dirigentes del PRT, de donde eran mis hermanas, y Santucho. Yo me quedé sorprendida. Con mi hermana Quela y el esposo nos pusimos a buscar datos en la televisión y empezaron a dar las noticias, como las que daban ellos: mitad verdad, mitad mentira, más mentira que verdad. Dijeron que Urteaga y Santucho estaban muertos, así que creímos que Menna también, pero después empezaron a llegar noticias por otro lado. Una revista decía que eran tres los cadáveres que habían sacado, y dos mujeres caminando, que al final eran Liliana y Ana María. Leíamos lo que salía en los diarios, pero uno no sabía si creer o no.”

Después de Alba continuó su hermana María Isabel. Se sentó en la misma silla que misteriosamente está colocada de espaldas al público. “Yo estaba en La Rioja –dijo–, recibí una carta que venía dirigida a mí con mi sobrenombre, que es Beba. La mandaron al estudio de mi marido y de mi hermano. Abrí la carta sin firma y decía: Ana María fue detenida ‘con vida’, con letras bien grandes. ‘Tienen que venir urgente a retirar a Ramiro a la guardería porque si no va a pasar a la guardería de la Policía Federal’. Mi hermano se vino con la carta para Buenos Aires. A hacer todo lo posible para encontrarlo. Eso sucedió.”

Ramiro recordó los nombres de quienes aportaron datos durante estos años para reconstruir cada momento. Así fue diciendo que el Gringo estuvo con vida en Campo de Mayo durante algún tiempo, torturado e interrogado por el dinero, como lo dijo Alba después: “Corrieron muchas versiones –dijo ella–, que lo torturaban enormemente porque esos señores salvadores de la Patria lo único que querían era el dinero para sí mismos, no era para la Patria seguro”. A partir de una orden de Santiago Riveros, al Gringo lo arrojaron al río con Liliana Delfino y otros. Ana María estuvo en Campo de Mayo. La compañera de Gertel dijo que dio a luz en el Hospital Militar de Campo de Mayo. Para noviembre cayó además su hermana melliza María Cristina.

–¿Sabés si tu mamá tuvo ese hijo? –le preguntaron a Ramiro.

–Existen razones para creer que sí. La primera es la práctica sistemática que un juicio reciente ha dado por probado: cuando una mujer estaba embarazada era usual conservarla con vida hasta que diera a luz. Y, por otro lado, está el testimonio de Roberto Peregrino Fernández, que dijo que mi vieja dio a luz. Y está la otra persona que dijo que estando detenida otra mujer dijo: “La compañera del Gringo Menna dio a luz”. Creemos que el embarazo llegó a término y mi hermana o hermano continúa desaparecido.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Mañana continúan las audiencias en el nuevo juicio por Campo de Mayo


Abuelas de Plaza de Mayo informa que mañana, martes 18 de septiembre, continuarán las audiencias públicas ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de San Martín, en el nuevo juicio por los crímenes de lesa humanidad de Campo de Mayo.
Los represores Reynaldo Bignone, Santiago Riveros y Eugenio Guañabens Perelló son algunos de los acusados en este proceso que contempla veinte víctimas, entre ellas siete embarazadas.
Desde las 9.30, está previsto que declaren testigos del caso de Ana María Lanzillotto, embarazada de entre 7 y 8 meses al momento del secuestro, y su pareja, Domingo Menna. Entre otros, darán su testimonio: Alba Rosa Lanzillotto y María Isabel Lanzilloto (hermanas de Ana María), Ramiro Nicolás Gaggiotti (hijo mayor de Ana María y Domingo), Luis Mattini (compañero de militancia de Menna), Dora Gennaro (sobreviviente), Mario Bonifacio Álvarez (primo de Ana María que buscó a Ramiro) y Diana Cruces (viuda de Fernando Gertel, desaparecido el mismo día que Menna).
            Más tarde, comenzarán los testimonios por la desaparición de Susana Stritzler, embarazada de 8 meses, entre otros casos. Declararán: dos vecinos del lugar donde se realizó el operativo de secuestro; Griselda Fernández (sobreviviente de “El Campito”); y Raúl Enrique Castro (hermano del desaparecido Carlos Castro, pareja de Susana).
Las audiencias ante el TOF 1 se desarrollarán en la sala de la calle Pueyrredón 3728, partido de San Martín. Los mayores de 18 años pueden ingresar con DNI.
Esperamos contar con su compañía en este proceso en busca de Memoria, Verdad y Justicia.
Ciudad de Buenos Aires, 17 de septiembre de 2012.

jueves, 13 de septiembre de 2012

“Cuiden y quieran mucho a la nena, recuérdenme y quiéranme en mi hija"

Foto: La sala anexa del TOF 1 de San Martín, colmada por alumnos de 6to. año de la Escuela Media 8 de Gral. Pacheco que desde 2007 participan del programa "Jóvenes y Memoria".

"La extraño y la necesito y necesito que una parte de mí viva en ustedes". Escrita mientras estaba detenida-desaparecida, la carta de Myriam Ovando a su familia conmovió al público que llenó las dos salas dispuestas por el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín para el juicio de Campo de Mayo.
Enviada desde una casa particular situada en Escobar –utilizada por el Ejército como centro clandestino y cuya dirección aún permanece en las sombras–, la misiva fue incorporada como prueba en el debate oral por la querella de Abuelas de Plaza de Mayo. La hipótesis es que Myriam fue llevada luego a Campo de Mayo para dar a luz.
Previo a esto, prestaron declaración ante los jueces la coordinadora del Banco Nacional de Datos Genéticos, Belén Rodríguez Cardozo, quien detalló cómo se llevó a cabo el procedimiento en el que se obtuvo el material genético de Catalina De Sanctis Ovando, la hija de Myriam, con el cual, más tarde, se pudo confirmar su verdadera identidad.
Posteriormente, fue el turno de dos testigos de otro allanamiento, en este caso en Avenida Libertador 4748, el edificio donde vivían los apropiadores de Catalina, el ex oficial de inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo.
Aportados por la defensa de los acusados, tanto Catalino Baltasar Delgado como Cristian Ramón Sanabria Silva, los testigos en cuestión, reconocieron sus firmas en las actas labradas por la comitiva policial y confirmaron que en el departamento 4to. 9, propiedad del matrimonio, se encontraron cartas y libros que fueron debidamente embalados y que hoy forman parte de la prueba incluida en la causa.
Las cartas recogidas en el domicilio de Garzón y Morillo, cabe recordar, dan cuenta de la responsabilidad de ambos en la apropiación de Catalina y apuntan además al involucramiento del Movimiento Familiar Cristiano en la trama del robo de bebés durante la dictadura.
Además de la carta de Myriam, la secretaria del tribunal consignó las diversas pruebas incorporadas en el caso: legajos Conadep, una nota del diario La Opinión, informes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y hasta informes secretos del Ejército. Luego de un cuarto intermedio, la fiscalía dio lectura a la ampliación de la acusación contra Santiago Omar Riveros por varios homicidios y se espera que a continuación se efectúe la acusación contra Carlos Eduardo José Somoza, Julio San Román y Hugo Miguel Castagno Monge, tres represores de “El Campito”.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Continúan las audiencias



Abuelas de Plaza de Mayo informa que mañana, jueves 13 de septiembre, desde las 9.30, se retomarán las audiencias del nuevo juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo, que incluye veinte víctimas, entre ellas siete embarazadas.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de San Martín continuará tomando testimonio por la apropiación de Catalina de Sanctis Ovando, nieta restituida en 2008 y querellante en esta causa contra sus apropiadores, el ex oficial de inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo. Declararán, entre otros, Belén Rodríguez Cardozo, directora del Banco Nacional de Datos Genéticos, y diversos testigos de procedimientos realizados en la causa.
Al término de estos testimonios, se hará apertura de la causa que incorpora a tres nuevos imputados: Carlos Eduardo José Somoza, Julio San Román y Hugo Miguel Castagno Monge, represores de “El Campito”.
Las audiencias se desarrollan en la sala de la calle Pueyrredón 3728 (partido de San Martín). En el blog nuevojuicioporcampodemayo.blogspot.com se puede obtener más información sobre los casos y los imputados.
Esperamos que los medios y la sociedad en general nos acompañen en este proceso que juzga a algunos de los responsables de la desaparición de nuestros/as hijos/as y nietos/as.
Ciudad de Buenos Aires, 12 de septiembre de 2012.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Próximas audiencias del juicio


Jueves 13 de septiembre
Continúan los testimonios por la apropiación de Catalina de Sanctis Ovando y la desaparición de sus padres, Raúl de Sanctis y Miryam Ovando.
Declararán: el policía que estuvo a cargo del allanamiento en San Luis (donde se secuestró material para el cotejo en el BNDG); testigos del procedimiento en la calle Libertador (ofrecidos por la defensa); Belén Rodríguez, del BNDG; dos testigos del secuestro de Raúl y Miryam, y una mujer que era hija del dueño de la casa donde vivían los padres de Catalina.
Al término de estos testimonios, se hará apertura de la causa 2369 y se incorporarán tres nuevos imputados: Somoza, Castagno Monge y San Román.


Martes 18 de septiembre
Inicio con testigos del caso de Ana María Lanzilotto y Domingo Menna. Entre otros, Alba Rosa Lanzilotto (madre de Ana María); Ramiro Nicolas Gaggioti (hijo de Ana María y Domingo)  y Juan Arnold Kramer (compañero de militancia de Menna). Se incorpora también la declaración por lectura de Patricia Ana Erb, quien estuvo secuestrada en “El Campito” y vio a Menna y a Ana María.
A continuación, declararán los testigos del caso 248. Una de las víctimas es la embarazada Susana Strizler; otra, su pareja, Carlos Castro. 
Declararán, entre otros: Germán Strizler (hermano de Susana), Silvia Strizler, Raúl Enrique Castro (hermano de Carlos) y Griselda Fernández (sobreviviente de “El Campito”).

martes, 4 de septiembre de 2012

Catalina de Sanctis Ovando: “Ella sabía que había una mujer que estaba por parir y se iba a quedar con su hija”

Foto: Catalina de Sanctis Ovando, antes de entrar a la sala de audiencias. (Crédito: Rolando Andrade)


“Que este Tribunal y la sociedad tomen conciencia de la real responsabilidad de estas dos personas y que era requisito que mis padres murieran para que ellos se quedaran conmigo”, pidió la nieta Catalina de Sanctis Ovando ante el TOF 1, de San Martín, en uno de los momentos más fuertes de su testimonio. Catalina involucró directamente al ex oficial de Inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo, imputados por su apropiación.

A continuación, algunos fragmentos de la declaración de Catalina:

“Crecí creyendo que era Carolina Hidalgo Garzón, que había nacido el 15 de agosto. Fui criada por un militar (Carlos del Señor Hidalgo Garzón) y por ella (María Francisca Morillo), que decía que era psicopedagoga y no era. Crecí en Belgrano. Ahí fui a la escuela primaria y secundaria. Él pasaba mucho tiempo conmigo porque no conseguía trabajo. En los primeros años de secundario recuerdo que él era alcohólico y ella, enferma psiquiátrica. Mi adolescencia fue muy dolorosa y me avergonzaban mucho. Mi identidad… no era que tenía dudas, sino que hacía preguntas porque nací en Campo de Mayo estando a metros del Hospital Militar o porque no había fotos de ella embarazada...”

“Empecé a estudiar en Bellas Artes, a conocer gente que militaba por la Verdad y la Justicia. Un día estaba preparando un final de grabado y vi la publicidad de Abuelas y las ideas se me ordenaron. Ahí fui a decirle a Murillo -no a preguntarle- que era hija de desaparecidos. Ella me dijo que las Abuelas mentían y que ella me lo quería decir pero tenía miedo de que yo lo contara porque era muy comunicativa. Ella me iba a decir que era adoptada. Pero no lo era. Después comprobé que algo que yo creí que era un sueño había pasado: que me lo había dicho a los 6 años en el cordón de la vereda y después se arrepintió. Y para terminar me dijo que si yo decía algo ellos iban a ir presos. Entonces yo empecé a mentir como ellos, era todo muy perverso”.

“Años después, me llamaron de Abuelas o de la Conadi para comentarme que podía ser que fuera una nieta. Yo les dije que no quería saber nada. Al año siguiente se acercó el nieto Manuel Gonçalves Granada al profesorado donde yo estudiaba y salí corriendo. En 2006 me casé y cuando estaba dando clases de pilates me llevaron la citación judicial. Yo sabía que me iba a tener que hacer un análisis, entonces empecé a postergarlo. Mi abogado era el mismo que el de él (Hidalgo Garzón), entonces me recomendó que me fuera del país, mejor a Paraguay porque ahí estaba Bianco que tenía al menos un nieto apropiado. Era un lugar seguro, según este señor. En Paraguay estuve tres días porque me sentía mal porque pasamos sin documentos. Nos fuimos a Misiones y después a San Luis, a la quinta del hermano de Rodri, mi marido”.

“El allanamiento fue en 2008. Fue angustiante, pero un alivio. Cuando estuvo el resultado me citó el juez. Me llamó por mi nombre, que no me gustó, y me dio una foto de mis viejos horrible -porque era en blanco y negro- porque yo me quería parecer a alguien. Me dio una carta de mi mamá, me dijo que estaba mi familia".

“Ella tuvo un brote y yo me sentía obligada a hacerme cargo de ellos. Todo ese tiempo fue muy difícil. Hidalgo Garzón, además, nos amenazaba y decía que nosotros lo estábamos privando de su libertad para sacarle sus cosas”.

Catalina contó que Hidalgo Garzón no se hacía cargo de nada y, cuando la mujer volvió de la internación, ella tenía que bañarla y cuidarla. Fue entonces que la nieta y su marido le pidieron al abogado una sugerencia para poder resolver qué hacer: “Y la declaramos insana, pero yo no sabía qué pasaba con eso. En 2010 la internamos y entonces ahí yo empecé a tener ganas de conocer a mi familia. El abogado no me ayudaba”.

“Yo le pedí a ella que me ayudara a ordenar. Como no lo hacía, ahí encontramos una tarjeta como de registro de compra de ropa de bebé y decía que habían retirado ropa el 13 de agosto de 1977. Primero no le di importancia, pero después me di cuenta de que eso era terrible, que ellos sabían, que ella sabía que había una mujer que estaba por parir y se iba a quedar con su hija. Después encontramos una carta del Movimiento Familiar Cristiano y ella hablaba mucho de cómo eran los partos”.

“Me di cuenta de que yo estaba haciendo lo mismo, que no me quería hacer cargo. Y ahí me empecé a hacer preguntas y a buscar información. Releí la carta de mi mamá. Me di cuenta de que yo con él tenía claro el tipo de persona que era pero con ella (Morillo) me di cuenta de que también era responsable. Ahí me empezó a molestar que me llamaran por el nombre que ellos me habían puesto”.

“A través de una terapeuta, cambié de abogados y tampoco me sirvió porque ellos no querían que me cambiara el nombre. Ahí fue que decidí llamar a mi familia. Hablé con mi tío, que no estaba muy bien de salud, y después con el primo de mi papá, Oscar, que me mandó fotos. Ahí me pude ver. Vi fotos de mi papá lindo. Oscar me invitó y después Iván me entregó el archivo en el que pude escuchar la voz de mis abuelos, a los que no pude conocer. Y después fue que decidí llamar a Abuelas para hablar con los abogados para poder volver a tener mi nombre y que me informaran sobre la causa. Ahí les dije que quería ser querellante y empecé a conocer nietos. Más familia, más compañeros de militancia”.

“Todo lo que yo no quería, lo que él (Hidalgo Garzón) decía que iban a hacer las Abuelas, me lo hizo él. Me expuso, escribió notas sobre mí en Desarrollo Político, puso cosas en mi boca que yo no había dicho. Yo con él  no tenía relación ya, pero Rodrigo le preguntó y juntó información para cuando yo quisiera saber. Le daban respuestas inconsistentes: que nací en Campo de Mayo porque estaban yendo a lo de una pariente, que nací con 8 meses, con 7… siempre eran distintas las respuestas”. ¿Te dijeron que eras hija de desaparecidos?, preguntó el abogado de Abuelas, Mariano Gaitán, y Catalina respondió: “No. Lo que sí recuerdo es que había como una campaña contra Abuelas.  Pero cuando yo empecé a tener un pensamiento propio me empecé diferenciar de él. Y cuando supe que era hija de desaparecidos me empezó a insultar: ‘¡hija de subversivos!’.

“Mis papás eran muy alegres, les gustaba hacer deportes. Mi papá jugaba al rugby y mi mamá hacía gimnasia deportiva y nado. Iban a escuelas católicas y militaban con los curas tercermundistas. Se conocieron en un campamento y cuando se fueron a estudiar empezaron a militar en la JUP. Militaron en Villa Constitución, Paraná... Sigo armando el rompecabezas”.

“Hidalgo Garzón siempre tuvo el hábito de escribir cartas, unas afectuosas otras con insultos. Cuando se conoció el resultado del ADN me decía ‘la sangre criminal tira’ o que mi mamá era una asesina. Muchas cartas las leí después porque no las podía leer en ese momento”.

Al dirigir sus últimas palabras al Tribunal, Catalina pidió: “En primer lugar, me parece importante que se siga profundizando en la investigación de los implicados directos de los juicios. Que este Tribunal y la sociedad tomen conciencia de la real responsabilidad de estas dos personas y que era requisito que mis padres murieran para que ellos se quedaran conmigo. Que ella es tan responsable como él: ella es la que me dijo que era mi mamá y que me llevó en su panza. Quiero que el Tribunal y la sociedad comprendan y sepan esto”.

El apoyo de Rodrigo
A continuación, declaró Rodrigo Amieva, marido de Catalina, quien narró cómo su mujer le contó sobre su origen. Le dijo que “ella siempre tuvo un recuerdo, como un sueño, que era adoptada y que eso lo pudo confirmar”. “Ella siempre se sintió distinta, como que era sapo de otro pozo. Cuando tenía 20 años vio una publicidad de Abuelas y ahí se le acomodaron las fichas. Entonces les fue a decir que era hija de desaparecidos”.

“Ahí (Morillo) le confirmó que ella le había dicho que era adoptada pero que en el 84 se desdijo porque Abuelas ya tenía más visibilidad y se sabía lo que le podía pasar a los apropiadores”.

“Manuel (Gonçalves) se le había acercado a Cata en el profesorado para darle material para despertarla: denuncias anónimas, un mapa que mostraba lo cerca que estaba el hospital central de la casa y lo lejos que estaba Campo de Mayo, donde nació, y una fotocopia de una partida de nacimiento que decía como fecha de nacimiento el 11 de agosto”.

“La conocí con una identidad falsa y después todo lo que pasó fue un proceso duro. Es inimaginable lo que le pasó, es difícil. Sin embargo, yo empecé a ver un poco más de luz en ella. Cuando vio por primera vez una foto en la que se vio parecida le cambio la cara... Conocer la gran familia que es Abuelas de Plaza de Mayo, conocer a todos los nietos… Yo los veo cuando se juntan periódicamente, que se conocen desde siempre y se acompañan y tienen sus buenos días y malos, y siempre se encontraron. Y saber que siempre la buscaron”.

“Para mí, mi mujer es una leona y espero que sirva de ejemplo para que otros se animen. Me saco el sombrero”.

domingo, 2 de septiembre de 2012

La nieta Catalina de Sanctis Ovando declara este martes en el juicio por Campo de Mayo

Comunicado de prensa
 
Abuelas de Plaza de Mayo informa que la nieta restituida Catalina de Sanctis Ovando declarará el martes 4 de septiembre en el nuevo juicio por Campo de Mayo, que incluye la causa por su apropiación.
Ese día, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de San Martín hará apertura de esa causa y leerá la acusación contra los apropiadores de Catalina, el ex oficial de inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo. Por este caso declararán también el marido de Catalina, Rodrigo Amieva, y Oscar de Sanctis, primo de Raúl.
Catalina es hija de Miryam Ovando y Raúl René de Sanctis. Miryam fue secuestrada el 1° de abril de 1977 en la localidad de Virreyes, embarazada de seis meses. Raúl, en mayo de ese mismo año, en la estación de trenes de Campana.
Miryam estuvo detenida ilegalmente en un centro clandestino de Escobar y, el 11 de agosto de 1977, dio a luz a Catalina en el Hospital Militar de Campo de Mayo.
Ante las denuncias sobre una joven que podría ser hija de desaparecidos, la justicia ordenó secuestrar objetos personales para realizar los estudios en el Banco Nacional de Datos Genéticos. El 8 de septiembre de 2008, Catalina supo que es hija de Raúl y Miryam, ambos desaparecidos. Hoy es querellante en la causa contra sus apropiadores.

El juicio
Este nuevo juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo tiene en el banquillo de los acusados a los represores Santiago Omar Riveros y Reynaldo Benito Bignone, entre otros, y comprende a veinte víctimas, entre ellas siete embarazadas.
Desde las 9.30, Pedro Antonio Guallini y Pedro Flores, policías de la Comisaría 4° de Vicente López que funcionó como centro clandestino de detención durante la última dictadura, declararán por los casos de Isabel Acuña, embarazada de cinco meses al momento de su secuestro, y su pareja, Oscar Rómulo Gutiérrez.
Las audiencias públicas ante el TOF 1 se desarrollan en Pueyrredón 3728, partido de San Martín. En el blog nuevojuicioporcampodemayo.blogspot.com se puede acceder a información actualizada y al cronograma de audiencias.
Esperamos contar con la colaboración de los medios y de la sociedad en general para difundir los juicios contra los genocidas que secuestraron y desaparecieron a nuestros hijos y nietos.

jueves, 30 de agosto de 2012

Gastón Mena: “Me entregaron los restos de mi papá en 2010, yo no quería saber mucho dónde estuvo ni nada, yo lo que quería era tenerlo conmigo”


Foto: Gastón Mena, a la salida del TOF N° 1 de San Martín, con la foto de sus padres Marta y Francisco.

El testimonio más duro de la audiencia de hoy en este juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo fue el de Gastón Mena, hijo de Marta Álvarez y Francisco Mena. Gastón, quien busca a un hermano nacido durante el cautiverio de su mamá, conmovió al público con el relato de su historia de vida, cuyo recuerdo arranca a partir de los seis años, en José C. Paz, bajo la tutela de su tía Lidia Esther Mena y su pareja, Oscar Álvarez. Hasta los once años, Gastón pensaba que ellos eran sus padres, pero las diferencias y los maltratos lo hacían dudar.
“En un campeonato Evita en el que participé, una persona mayor se me acercó y me dijo: ´Si tu papá estuviera vivo, estaría orgulloso de vos´. Después de esto Lidia y Oscar me tuvieron que contar que ellos eran mis tíos y que los que yo creía mis hermanos eran mis primos, y ahí me cayó toda la angustia encima. No me dijeron más nada, ´lo único que te voy a decir es que tus papás son desaparecidos´, me dijo Lidia”.
“Llegó el Mundial 86, Argentina dejó afuera a Inglaterra, todo el pueblo salió a festejar y yo llegué tarde y cuando llegué recibí una paliza de Oscar y me fui de esa casa. De los once a los diecisiete años viví en la calle. Tuve la suerte de que una persona me dio amor y contención, me puso una maestra particular para terminar el colegio, y cuando yo tenía dieciocho años me preguntó por mí y le dije que era hijo de desaparecidos. Entonces ella me cuenta de la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo, y empezamos a ir a la Secretaría de Derechos Humanos, había gente que sabía de mí y que yo no sabía de ellos, y empecé a armar el rompecabezas. En ese momento recibí una foto de mis padres con un bebé y ahí ví los rostros de mis viejos por primera vez, y el bebé era yo”.
“Me encontré después con mi abuelo materno y el me contó que mis padres habían sido secuestrados en Avenida San Martín y General Paz y que mi mamá estaba embarazada, y yo le preguntaba ‘¿cómo sabés vos?´, y él me contestaba ´es esto lo que te puedo decir´. Al tiempo conocí una tía, Celeste, que el marido era desaparecido, y ella me contó que mis padres fueron secuestrados de la casa de mi abuelo y que a mí me habían escondido atrás de un ropero y que mi mamá estaba embarazada. También tuve la oportunidad, más tarde, de estar en Entre Ríos con una hermana de mi abuela, ya fallecida, y ella me dijo que mis padres habían sido llevados de Ruta 197 y Panamericana… Había distintas versiones, no me cerraba, yo me quedé yo con la de General Paz y San Martín, pero recién el jueves pasado me enteré que fueron secuestrados de una casa con otros compañeros, supongo que esta es una nueva etapa del armado del rompecabezas…”.
“Me entregaron los restos de mi papá en 2010, sé que estaban en el Cementerio de Avellaneda, pero yo no quería saber mucho dónde estuvo ni nada, yo lo que quería era tenerlo conmigo”. “Que se haga justicia”, fue el deseo que expresó Gastón al concluir su testimonio.
La audiencia continuó con el testimonio de Patricia Bernardi, miembro fundadora del EAAF, y de una vecina de la casa en la que se realizó el operativo. Después de un cuarto intermedio establecido por los jueces, la ronda de testimonios siguió con las declaraciones de la Abuela Rosa Báez -madre de la embarazada María Eva Duarte- y de Walter Duarte, el hijo de Rosa.

Horacio Tiseira: “Esto no se puede superar porque es algo que no se termina de comprender”



Foto: Horacio junto a su hermano Leopoldo, en la puerta del TOF N° 1 de San Martín, a poco de haber dado testimonio en la causa.
 
Horacio Tiseira tenía un año cuando el grupo de tareas irrumpíó en su casa y se llevó a su padre y al resto de los compañeros que se hallaban en ese momento en la vivienda. Un año y medio menor que Leopoldo, Horacio dio crédito al relato de su hermano, de su madre y de su tío -que declararon antes que él- y compartió con el auditorio algunas reflexiones y vivencias acerca de los efectos que generó la desaparición de su padre.
“Fue muy difícil. En lo personal, me costó cuando fui padre, y me tocó ser padre muy joven, y si bien no existe un manual para ser padre, en ese momento sentía que había cosas que no entendía, muchas preguntas que le hubiera hecho a mi papá y que no le pude hacer… Y había más cosas que no entendía, por ejemplo, por qué mi mamá cocinaba pollo al horno para nosotros y además para una persona que estaba en la calle durmiendo. Después me di cuenta que hacía esto por la necesidad de que algún día aparezca mi papá, de que él sea una de estas personas de la calle, me di cuenta de la esperanza que tenía de volver a verlo”.
“En otro momento, cuando mi hijo tenía 16 años, mi mamá lo llevó a un lugar y le dijo: ´Acá, en este cajón, tengo todos los cuadernos de la escuela de tu papá (por mí), yo los tenía guardados por si un día tu abuelo aparecía”.
Horacio concluyó formulándose dos preguntas en voz alta que le han venido resonando a lo largo de estos años: “¿Se puede ser fuerte ante esta situación? Sí, se puede, para seguir luchando. ¿Pero se puede superar? No, no se puede, porque es algo que no se termina de comprender”.

Leopoldo Tiseira: “Lo que vivimos dejó marcas invisibles que difícilmente se puedan reparar”

Leopoldo, el hijo mayor de Sonia Toloza y Francisco Tiseira, contó que al momento del secuestro él tenía dos años. “A esa edad una criatura no recuerda qué pasa, pero yo estaba presente ese día a las once y media de la mañana cuando se realizó el operativo. Me siento un privilegiado porque a diferencia de muchas otras familias, nosotros tuvimos la suerte de reconstruir casi todo lo que había pasado, desde que llegó la patota, el paso por Campo de Mayo, y gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, el destino de los cuerpos”.
La reconstrucción de los hechos fue posible en buena medida por la fuga de uno de nuestros tíos, Julio Visuara, a una semana del operativo. Él narró el secuestro detalladamente y estos detalles avalan que estuveron en Campo de Mayo. “Mi papá, desde la ventanita de la celda, alcanzó a ver el colectivo 176, las vías, y dijo: ´Esta es la ruta 8, estamos en Campo de Mayo’. Y esto nos lo cuenta más tarde Julio Visuara”.
Según Leopoldo, esta denuncia también apareció en un cable de la agencia clandestina Ancla y fue publicada en 1985 en un libro del periodista Horacio Verbitsky en que compiló las informaciones difundidas por Ancla.
“Mi mamá nos rescató al día siguiente del operativo”, puntualizó Leopoldo, quien añadió que los militares volvieron a la casa a posteriori de la fuga de su tío. “Marta Álvarez”, afirmó, “estaba embarazada casi a término, era muy notorio su embarazo, y mi mamá se acordaba que se atendía en el Hospital Larcade de San Miguel”.
“Marta Álvarez también estuvo en Campo de Mayo y buscamos a su hijo o hija que sabemos que nació. A los restos de mi papá se llegó buscando otros cuerpos y esto nos dejó una gran marca. Hasta hoy tuvimos que recorrer una gran cantidad de instancias de búsqueda de justicia. Recuerdo haber participado de muchas manifestaciones, del apoyo de los organismos de derechos humanos y de habernos vinculado con otros familiares, esto fue fundamental para contenernos y darnos ánimo”.
“A los 20 años formé parte de la fundación de la organización Hijos, desde donde pudimos aportar lo nuestro para que se anularan las leyes de impunidad, y hoy integro un colectivo de hijos de desaparecidos, Colectivo de Hijos. Todo lo que fuimos pasando dejó marcas invisibles que difícilmente se puedan reparar, nosotros también fuimos víctimas, y como tales sufrimos muchas consecuencias que no fueron evaluadas, que no se ven, por eso necesitamos que el Estado genere mecanismos de reparación y de justicia”.

El drama de una familia víctima del terrorismo de Estado

El primer testimonio de la jornada de hoy fue de Sonia Toloza, cuyo marido, Francisco Enrique Tiseira, fue secuestrado en el mismo operativo en el que se llevaron a Julio Visuara y a su mujer Norma Argentina Benavidez; a Marta Graciela Álvarez (embarazada de entre siete y medio y nueve meses al momento del secuestro) y a su esposo Hugo Francisco Mena.
Sonia reconstruyó en detalle cómo se sucedieron los hechos desde ese momento hasta hoy. Su llegada a la casa y el encuentro con los cinco chicos –sus dos hijos entre ellos, Leopoldo y Horacio–, cómo se encargó de contactar y reunirlos con sus familias, la fuga de Julio Visuara de Campo de Mayo, los hábeas corpus, las marchas en las que participó pidiendo justicia, las múltiples dificultades que padeció desde entonces y el reconocimiento de los restos de su compañero, hallado en una fosa común en el Cementerio de Avellaneda juntos a otros cuerpos NN.
Al relato de Sonia siguió el de su hermano, Eduardo Toloza, quien precisó el breve encuentro con Julio Visuara, ocurrido en Villa Ballester. “A dos o tres días de haberse escapado habló conmigo y con mi madre unas palabras, y después se retiró y nunca más lo vimos. Era socio de mi cuñado en una gomería, él había sido detenido también en la casa de mi hermana y mi cuñado. Visuara no me hizo mención a este hecho, me preguntó por Sonia y nada más, estaba muy asustado”.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Continúan las audiencias en el juicio por Campo de Mayo, con el testimonio de una Abuela y un hermano que busca


(Comunicado de prensa)

Abuelas de Plaza de Mayo informa que el jueves el 30 de agosto, desde las 9.30, se retomarán las audiencias públicas en el nuevo juicio por Campo de Mayo, por veinte víctimas, entre ellas siete embarazadas. La Abuela Rosa Báez -madre de la embarazada María Eva Duarte- y el nieto Gastón Mena -quien busca a su hermano o hermana nacido en cautiverio- serán algunos de los que brinden testimonio durante esa jornada.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Número 1 de San Martín juzga a los represores Santiago Omar Riveros, Reynaldo Benito Bignone, Luis Sadí Pepa, Eugenio Guarañabens Perelló, Julio San Román, Hugo Miguel Castagno Monge, Carlos Eduardo José Somoza, Carlos del Señor Garzón y María Francisca Morillo, estos últimos por la apropiación de la nieta restituida Catalina de Sanctis Ovando.
En esta jornada comenzará la ronda de testimonios por la desaparición de Francisco Enrique Tiseira, Julio Visuara, Norma Argentina Benavidez; Marta Graciela Álvarez (embarazada de entre 7 y 9 meses al momento del secuestro) y Hugo Francisco Mena; María Eva Duarte, quien dio a luz a un niño entre abril y mayo de 1978, y su pareja Samuel Alberto Aranda.
Este jueves se prevé que declaren: Sonia Toloza, mujer de Tiseira; Leopoldo y Horacio Tiseira, hijos de Sonia y Francisco; Eduardo Toloza, hermano de Sonia; Gastón Mena, hijo Marta Álvarez y Hugo Mena; Patricia Bernardi, perito del Equipo Argentino de Antropología Forense; la Abuela Rosa Báez, madre de la embarazada María Eva Duarte; y Walter Duarte, hijo de Rosa.
Las audiencias se desarrollarán en Pueyrredón 3728, partido de San Martín. Los mayores de 18 años pueden ingresar a la sala con DNI.
En el blog nuevojuicioporcampodemayo.blogspot.com se puede seguir el cronograma de audiencias y encontrar información sobre este nuevo proceso que busca Verdad y Justicia para nuestros hijos e hijas desaparecidos por el terrorismo de Estado.

lunes, 27 de agosto de 2012

“Conocer la verdad es clave”


Ramiro Menna, hijo de los desaparecidos Ana María Lanzilloto y Domingo Menna, se hizo cura entre los salesianos, viajó a Etiopía, dejó la congregación y se casó. Hoy vive en La Rioja e integra el Frente Riojano de Organizaciones Populares. Busca un hermano o hermana y espera que el juicio sobre Campo de Mayo, que acaba de empezar, lo ayude a encontrarlo

(Fuente: Alejandra Dandan - Página/12)
Ramiro Menna está convencido de que existe “un mar de coincidencias” entre el “credo” de sus padres en el Partido Revolucionario de los Trabajadores y el suyo, dentro de la izquierda de la Iglesia Católica latinoamericana. Tenía dos años cuando sus padres, Ana María Lanzillotto y “el Gringo” Domingo Menna, y él fueron secuestrados el 19 de julio de 1976 en Villa Martelli, en la caída de la conducción del PRT. Ana María estaba embarazada. Ramiro –que busca a un hermano o hermana– se hizo cura entre los salesianos. Alguna vez pidió viajar a Africa, porque irse más lejos le permitía estar más cerca de sí mismo. Dejó la congregación para irse a un lugar un tanto menos lejos, en los Llanos de La Rioja, un territorio legendario de la pastoral del obispo Enrique Angelelli, desde donde integra el Frente Riojano de Organizaciones Populares (FROP). “Por mi formación católica, al principio me parecía que por un lado mis papás habían hecho lo que creían por el bien de la gente. Y, por otro, que estaban equivocados. Con el tiempo fui indagando más y formándome políticamente: comprendí mucho mejor lo que significó la lucha del Partido Revolucionario de los Trabajadores en Argentina. Cada vez es más pequeño el margen de crítica que tengo de lo que hicieron mi viejo y mi vieja durante los setenta.”
La historia de Ramiro vincula en el presente dos escenarios. El juicio que acaba de empezar en San Martín, con sus padres entre las víctimas. Y La Rioja de Angelelli, donde también se está haciendo un juicio por la desaparición de dos sacerdotes durante la última dictadura.
–¿Como se pasa del presente intenso en Chepes a julio de 1976?
–El juicio sobre Campo de Mayo tiene una dimensión muy esperada por todos nosotros como familia, por la cuestión de que quizá, uno no sabe, puede aparecer algún indicio, algo que nos ayude a encontrar a mi hermana o hermano. Desde el presente, esa es la ligazón más fuerte. Uno lo espera con ansiedad. Además, está la visión política de la justicia en tanto que permite conocer la verdad histórica de lo que pasó en Campo de Mayo con estas personas en particular, pero alimentando la pintura total de la dictadura en nuestra Argentina. Eso ayuda a entender lo que es una sociedad desigual como la latinoamericana, con una elite dominante que recurre a las herramientas que tenga a mano para mantener su situación de privilegio. En los ’70, tuvieron la posibilidad de instalar una dictadura que protegía sus intereses, hoy no la tienen pero no es que no la deseen. Los juicios van desnudando esto: hasta qué punto pueden llegar...
–¿Qué pasó con vos?
–Cuando mamá desaparece, el 19 de julio de 1976, yo tenía dos años y ella estaba embarazada de unos ocho meses. Desaparece con esa panza y hay distintas versiones del circuito que siguió. Probablemente terminó en Campo de Mayo, no se sabe si pasó por el Vesubio. Patricia Erb, que estaba en Campo de Mayo, atestigua que mamá dio a luz. No se sabe si varón o mujer, pero dio a luz, porque entre las compañeras presas corrió la voz: “La mujer del Gringo dio a luz”, decían.
–¿Cómo te sacan a vos?
–Un tío mío, Cholo (Carlos Mario Lanzillotto), abogado, viviendo en La Rioja empieza a averiguar dónde podía estar su hermana el marido de su hermana y yo. O sea mamá, papá y yo. El tío Cholo estudió en Córdoba y creo que un amigo de ahí le dio el dato de alguien de la Justicia de la provincia de Buenos Aires. Ese hombre le cuenta: “Mirá, de tu hermana y el marido, olvidate, olvidate porque nadie te va a decir nada, ni dónde están, ni nada”, pero le pasó el dato de dónde estaba yo. Tenía que ir a buscarme a un juzgado federal o una guardería policial, creo que en San Martín.
–Si es ahí, puede ser el mismo lugar donde dejaron a Victoria Montenegro.
–Yo estuve desde el 19 de julio hasta el 8 o 10 de agosto. En el medio, fijate vos, desaparecen los curas de Chamical, lo asesinan a Wenceslao Pedernera el 25 de julio y a monseñor Angelelli el 4 de agosto. El 8, mi tío se entera, viaja a Buenos Aires, también viaja mi tía Quela, una hermana de mi mamá a quien mi mamá le había dicho: “Mirá, si me llega a pasar algo a mí, por favor hacete cargo de Ramiro”. Quela (Nidia Lanzillotto) hizo las gestiones con el tío Cholo para sacarme de la guardería. Hasta ahí estamos, pero de mamá, de papá y del bebé de mamá, nada.
–¿Y vos?
–Pasan los años, yo me entero a los 13 o 14 años que era hijo de desaparecidos. Me crié con mis tíos pensando que era hijo de ellos. Pero según me explicó un psicólogo de Abuelas, fueron mecanismos de defensa de mi psicología: tratar de guardar en un lugar bien oscuro de la conciencia toda esa parte y no recordar nada, fue una manera de defenderme de cosas que me podían hacer mucho daño. Quela me crió. Vivimos en Carmen de Patagones. Me cuenta que cuando yo recién llegué tenía pesadillas. “Ani, Ani, mamá, mamá”, decía a la noche. Me despertaba y Quela entonces venía y me preguntaba si quería hablar de mi mamá. Yo le decía que no, que no. Hundía la cabeza en la almohada y me volvía a dormir. De a poquito al parecer desdibujé la idea de que tenía una mamá porque le empecé a decir mamá a Quela. Los psicólogos aconsejaron a mis tíos que me provean sólo de la información que yo solicitara, pero no más que eso, porque yo iba a preguntar lo que podía manejar. Cuando llego a los 13 años sin hacer preguntas, convencido de que mis primos eran mis hermanos, les aconsejan que me digan la verdad.
–¿Cómo fue con eso?
–Fue como una película, no me parecía una historia real. No se me encarnó hasta que no pasaron años. No hubo reacción violenta ni nada, lo tomé muy bien. Tenía más o menos conciencia de lo que había sido la dictadura y por mi formación católica la historia de mis papás, al principio, por un lado me parecía que habían hecho lo que creían por el bien de la gente. Y por otro, me parecían equivocados. Con el tiempo, fui indagando y formándome políticamente. Si bien no perdí mi fe, soy creyente y militante de la iglesia Católica latinoamericana, que no es la romana, fui comprendiendo mucho mejor lo que significó la lucha del PRT, junto con otros movimientos revolucionarios y de izquierda en América latina. Y la verdad es que cada vez menos creo que se equivocaron ellos en algo, en su militancia. Cada vez es más pequeño el margen de crítica que tengo de lo que hicieron mi viejo y mi vieja durante los setenta.

A Etiopía

En Carmen de Patagones, Quela trabajaba en Cáritas con un compromiso que Ramiro recupera en clave política. Levantaron una guardería en uno de los barrios más pobres comprometiendo al gobierno de la provincia con los sueldos de los docentes. Ramiro creció y se formó en el movimiento juvenil de los salesianos desde donde lee otra huella de su formación: participó como delegado del movimiento en instancias de organización local, regional y nacional. Había grupos misioneros con trabajo en las comunidades mapuches de la cordillera. Los de Oratoria, en las villas de Bahía Blanca. “Muchos chicos de clase media entraban en contacto con una realidad que no conocían, al comienzo los shockeaba pero después los terminaba por comprometer”, dice. Se hizo cura salesiano. Pidió ir a una misión en Etiopía en el norte de Africa. “Uno a veces se va lejos para estar más cerca, para encontrar lo que realmente le importa, mi experiencia en Etiopía fue inolvidable”, aunque ahí dejó la congregación porque “sentí cosas de la estructura eclesial que me incomodaban, me hacían ruido; en mi divorcio con los salesianos conocí a Dillawork, que hoy es mi mujer”. Ramiro, Dillawork, dos hijos y uno que está a punto de nacer viven en Chepes, un pueblo en el interior de La Rioja adonde llegó por una propuesta de Rafael Sifre, compañero del movimiento rural de Pedernera y Angelelli.
Ahora es profesor de física y química en un bachillerato de jóvenes y adultos en Ulapes, a 60 kilómetros de Chepes. Va tres veces por semana. Y pone parte del empeño en AecheLar, la Asociación de Emprendedores de Chepes que nació como cooperativa de trabajadores para potenciar criterios populares, parar la olla y a la vez desarrollar un proyecto económico sustentable en la región, dice él. La organización tomó forma sociopolítica. Abrieron FM La Tusca y la Cooperativa El Monte. La Tusca es parte de la red de medios de comunicación alternativa y canal de expresión sin condicionantes gubernamentales ni privados, dice. Un medio para denunciar efectos de la megaminería y sostener articulaciones con otras organizaciones. La cooperativa trabaja el cuero a partir del cabrito: “Parte de la producción genuina del pequeño productor de los Llanos que vende la carne pero desperdicia mucho el cuero”. Desde ahí, integran el FROP para articular con otros proyectos que ahora piensan en la construcción de una alternativa popular para disputar poder real en el escenario político de la provincia.
–Tu vida después, ¿no tiene algo de espejo con tus viejos?
–Puede ser. De chico en Patagones, sinceramente, aun antes de entender un poco cómo funciona el mundo de lo político, vivía en una familia que tenía un compromiso social. Quela laburaba mucho desde la Iglesia. Yo aprendo eso también. Pero conocer el compromiso de mis viejos y al mismo tiempo por mi militancia católica latinoamericana, uno descubre un mar de coincidencias. Toda una Iglesia comprometida con la construcción de una sociedad más justa que se convierte en mártir; que fue asesinada sistemáticamente, pero que sigue en lucha, que no se rinde. Y mis viejos, por otro lado, que creían en un proyecto de país muy distinto, lucharon, empujaron para que eso surgiera, se hiciera realidad en nuestra tierra y cayeron en medio de esa lucha. Cuando vos hablás de espejo, yo me siento muy identificado con muchas de las ideas que están en el credo, por decirlo así, del PRT. La necesidad de construir una sociedad fuerte, orientada según los intereses de los trabajadores, en línea quizá con lo que dice Hugo Chávez: un socialismo del siglo XXI que hay que crear. Que todavía no existe. Que no es ninguno de los que hemos visto pero que ciertamente no es capitalismo.
–¿En estos años supiste algo de tu posible hermano o hermana?
–En el marco de mis preguntas, en algún momento me fui enterando de que mi mamá estaba embarazada. El primer contacto con el tema fue cuando me saqué sangre, a los 18 o 19 años. Después me fui a Paraguay. Yo estaba viviendo en Trelew con los salesianos. Y salió el dato de que Carolina, hija adoptiva del matrimonio Bianco, tenía la edad y hasta rasgos que podían indicar que podía ser hija de Ana María Lanzillotto, es decir mi hermana. Bianco también tenía a Pablo, que después se supo que era hijo de desaparecidos. Yo viajé a Paraguay en 2000. Vi a Carolina. Ella tenía confianza con los salesianos porque había estudiado en un colegio con ellos. Yo sabía que se había negado a cualquier extracción de sangre, pero quise verla para que accediera, para pedirle por favor. Al final no accedió. Mucho después se lo hizo, y dio negativo (con todo el banco). Después hubo otra chica que podía ser, yo estaba en Etiopía. Pero resultó que tampoco era.
–¿Se lo espera ahora o se lo busca?
–Yo voy a declarar muy probablemente en el juicio. Para declarar de mis padres no puedo ir a decir nada: tenía dos años, no puedo decir quién me agarró a mí o quién me separó de mi madre. Puedo dar testimonio para que se vea cómo puede repercutir la acción del terrorismo en la vida de una persona, pero además vale por esto: quizá tenga su repercusión en alguna persona concreta que por ahí abra una puerta. Yo tengo 38 años, mi hermana o hermano tendría que tener 36, si me está escuchando debería saber que todos los especialistas coinciden en el hecho de que la verdad te va a hacer libre. Después vos podés criticar a tus viejos, si querés. Que se equivocaron, que no; porque a lo mejor mi hermana o hermano tenga construido un pensamiento totalmente de derecha, qué sé yo. Pero más allá de eso, conocer la verdad en tu historia es clave, de ser feliz y hacer feliz a otro.

Comenzó un juicio por secuestros y nacimientos en cautiverio en Campo de Mayo



El Tribunal Oral Federal 1 de San Martín inició el sexto proceso por crímenes de lesa humanidad, entre ellos el secuestro y desaparición de 7 embarazadas que dieron a luz en una maternidad clandestina y la apropiación de una nieta hoy restituida.


(Fuente: Télam)


Los imputados en el debate oral y público son diez, de los cuales tres, el ex dictador Reynaldo Bignone y los represores Santiago Riveros y Eugenio Guañabens Perelló, estuvieron presentes por estar acusados en la primera causa que se ventila a partir de este jueves.

El Tribunal integrado por los jueces Héctor Sagretti, Daniel Cisneros y Daniel Petrone comenzó la lectura de elevación a juicio pasadas las 10 en la nueva sede tribunalicia de Pueyrredón 3728, partido de San Martín, destinada especialmente a la realización de juicios por delitos de lesa humanidad cometidos en la jurisdicción de Campo de Mayo.

Los acusados, además de Riveros (ex comandante de Institutos Militares) y Bignone (segundo de Riveros), son Luis Sadí Pepa, Eugenio Guarañabens Perelló, Julio San Román, Hugo Castagno Monge, Carlos Eduardo Somoza, Carlos Tomás Macedra, Carlos del Señor Garzón y María Francisca Morillo, estos últimos acusados por apropiación de Laura de Sanctis Ovando.

Tres de las causas que se juzgan corresponden a siete embarazadas desaparecidas junto a sus parejas y en un caso una asesinada en Campo de Mayo.

Las embarazadas desaparecidas junto a sus parejas son Marta Graciela Alvarez, Ana María Lanzilotto, María Eva Duarte, Isabel Acuña, Miryam Ovando, Susana Stritzler y Beatriz Recchia.

Antes del inicio del juicio, Laura Catalina de Sanctis Ovando -cuyos padres fueron secuestrados en Campo de Mayo, estando su mamá embarazada de 6 meses- señaló a Télam que "este juicio significa abrir heridas, limpiarlas y aliviarlas, y también es una manera de honrar y hacer presentes a mis padres".

"También es importante que toda la ciudadanía sepa que el Estado que perpetró crímenes de lesa humanidad hoy exponga y castigue a los culpables", afirmó Ovando, nieta restituida en 2008 y cuya causa por apropiación fue incorporada al debate.

Por su parte, el abogado querellante por la agrupación Justicia Ya!, Pablo Piatigorsky, indicó que "la postura de la querella será inscribir los delitos en el marco de un genocidio", y precisó que solicitarán la condena de cumplimiento efectivo en cárcel común, ya que "el argumento de ancianidad no puede ser utilizado como elemento de impunidad".

Junto con el abogado Jorge Briozzo, el letrado planteó que las más de 20 víctimas de este juicio "deben ser tratadas como desaparecidas y, por lo tanto, se exigirá saber dónde están sus cuerpos".

Gastón Hugo Mena, hijo de Marta Graciela Alvarez y Hugo Francisco Mena -secuestrados y desaparecidos cuando tenía tres años y su madre embarazada-, espera que durante el juicio a los asesinos de sus padres "digan quién tiene a mi hermano o hermana nacida en cautiverio porque es la pieza más importante para armar el rompecabezas de mi vida".

También espera conocer a los que "vieron por última vez a mi mamá embarazada y saber dónde está", señaló el joven de 34 años que en 2010 pudo enterrar los restos de su padre, identificado por el Equipo Argentino de Antropología Forense.

Estuvieron presentes en la primera jornada del juicio la integrante de Madres de Plaza de Mayo-línea fundadora, Mirta de Baravalle; Angela "Lita" Boitano, de Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas; el diputado nacional y nieto restituído Horacio Pietragalla Corti; y los nietos Victoria Montenegro, Guillermo Pérez Roisinblit y Lorena Battistiol.

Afuera del edificio, familiares y agrupaciones de derechos humanos y políticas esperaban el inicio del juicio con cánticos, banderas y pancartas con los nombres de los detenidos desaparecidos.

Entre ellas, se identificaban la Comisión por la Memoria, Verdad y Justicia-Zona Norte, Comisión por la Memoria del partido de San Martín, agrupación El Eternauta, Movimiento Evita y Juventud Peronista de San Martín y la agrupación Kolina.

Campo de Mayo fue uno de los mayores centros clandestinos de detención con 5 mil hectáreas en el conurbano bonaerense y allí funcionó la maternidad clandestina y tres lugares de alojamiento de secuestrados.

A esa guarnición eran llevados secuestrados de la zona 4 del Ejército que abarcaba San Miguel, Vicente López, Tres de Febrero, Pilar, Escobar, Tigre, San Fernando, General San Martín, Exaltación de la Cruz, Zárate, Campana y San Isidro.

Los partos se hacían en el hospital Militar de Campo de Mayo, a cargo del fallecido médico militar Julio Caserotto y también bajo la órbita de Norberto Bianco, un médico extraditado desde Paraguay.



La megacausa Campo de Mayo ya tuvo cinco juicios

La megacausa por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar en Campo de Mayo suma cincos procesos con sentencias, a los que se sumará el que comenzó este jueves contra el ex dictador Reynaldo Bignone.

El primer juicio de la megacausa fue por el secuestro de Iris Avellaneda y el secuestro y asesinato de su hijo, de 15 años, Floreal "Negrito" Avellaneda, ambos militantes del Partido Comunista.

El juicio comenzó en abril de 2009 y la sentencia contra Santiago Omar Riveros y otros cinco ex militares y un ex policía fue dada a conocer el 13 de agosto de 2009.

Riveros fue condenado a prisión perpetua; Fernando Verplaetsen, ex jefe de inteligencia del Comando de Institutos Militares y ex jefe de la Policía Bonaerense, a 25 años; Osvaldo García, ex titular de la Escuela de Infantería de Campo de Mayo, a 18 años; a 8 años fueron condenados César Fragni y Raúl Harsich, quien se desempeñaban a las órdenes de García, y a 14 años al ex policía bonaerense Alberto Aneto.

El segundo juicio comenzó en noviembre de 2009 y fue contra el último presidente de la dictadura, Reynaldo Bignone, y otros ex generales que comandaron Campo de Mayo.

Las sentencias, a cumplirse en cárcel común, se conocieron en abril de 2010 contra Reynaldo Bignone, Santiago Omar Riveros y Fernando Verplaetsen (perpetuas); Carlos Tepedino (20 años); Jorge Osvaldo García (18 años); Eugenio Guañabens Perelló (17 años), mientras que el único absuelto fue el ex comisario Germán Montenegro.

En este segundo juicio se ventilaron delitos de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo, donde funcionaron al menos cuatro centros clandestinos de detención, entre ellos "El Campito" y "La Casita".

En tercer juicio condenó el 14 de abril de 2011, a prisión perpetua al ex comisario Luis Abelardo Patti, nuevamente a Bignone y Riveros y a Martín Rodríguez.

En tanto, condenó a seis años de prisión al ex comisario Juan Meneghini.

La Justicia los condenó por el asesinato de Gastón Gonçalves y los secuestros y torturas a otros seis militantes del PJ de Escobar durante la última dictadura.

El cuarto juicio fue en diciembre de 2011, en el que fue condenado a ocho años de prisión al ex comisario Juan Demetrio Luna.

El ex comisario fue condenado como partícipe primario de la privación ilegal de la libertad agravada por violencia y amenazas contra Carlos José Fateche y Victorio Derganz, quienes fueron secuestrados en 1976 y detenidos en la repartición de Tigre, ubicada en la calle Bordeau 548.

El quinto juicio, cuya sentencia se conoció el 31 de mayo pasado, condenó a 19 años de prisión a Roberto Bustos y a 9 años a Jorge Bianchero, ambos ex policías bonaerenses, encontrados culpables de haber realizado tareas de inteligencia previas a un operativo que culminó con el secuestro de un grupo de jóvenes que concurría a un taller literario y al profesorado Mariano Acosta, en la ciudad de Buenos Aires, en 1979.