miércoles, 26 de septiembre de 2012

Continúan las audiencias con la causa García-Recchia


(Comunicado de prensa) 
Abuelas de Plaza de Mayo comunica que mañana, jueves 27 de septiembre, se reanudarán las audiencias en el nuevo juicio por crímenes de lesa humanidad en Campo de Mayo, que contempla veinte víctimas, entre ellas, siete embarazadas.
Desde el mediodía, comenzará la ronda de testimonios por la desaparición de Beatriz Recchia, embarazada de cinco meses al momento de su secuestro, y por el asesinato de su pareja, Antonio Domingo García, en un operativo en Villa Adelina, el 12 de enero de 1977.
Beatriz fue vista en el centro clandestino de detención “El Campito”, de Campo de Mayo. Allí, en mayo de 1977, nació Bárbara García Recchia, nieta restituida en febrero de 2009. Su hermana, Juliana García, es una de las querellantes en el juicio.
Por esta causa, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Número 1 leerá la acusación contra Luis Sadí Pepa, por entonces Director de la Escuela de Comunicaciones, dependiente del Comando de Institutos Militares, y responsable de los crímenes cometidos en el “Área 420” (Florida).
Este juicio es el primero que enfrenta Sadí Pepa. Durante la audiencia, el represor tendrá la posibilidad de decir unas palabras ante la justicia. Luego, declararán testigos del operativo de secuestro de Beatriz y Antonio y policías de la zona.
Las audiencias se desarrollarán en la sala de la calle Pueyrredón 3728, partido de San Martín. Los mayores de 18 años pueden ingresar con DNI.
Esperamos que la sociedad y los medios nos acompañen en esta nueva búsqueda de Memoria, Verdad y Justicia.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

La caída en el edificio de Villa Martelli


Los testimonios de Ramiro Menna, Alba Lanzillotto y su hermana María Isabel, Diana Cruces y otros reconstruyeron cómo fue el operativo de la dictadura que secuestró a Domingo Menna y Ana María Lanzillotto, de la conducción del PRT.

(Fuente: Alejandra Dandan - Página 12)

El mundo en la puerta de los tribunales de San Martín parecía haber entrado en 1976. Entre antiguos militantes que se acercaban aparecía ese lenguaje de “buró político” o los saludos entre “compañero” y “compañera” que dejaban empezar a ver la reconstrucción de ese universo que iba a seguir poco más tarde en la sala. Y allí: julio de 1976. Un encuentro frustrado entre la dirección de Montoneros y el ERP. Un invierno más crudo que otros inviernos. Y el operativo en el edificio de Villa Martelli justo el 19 de julio, cuando debían irse del país Roberto Santucho y su compañera, Liliana Delfino.

La caída de la conducción del PRT volvió a aparecer en la sala, por primera vez en términos de juicio oral, a partir de la indagación que este juicio hace sobre las caídas del Gringo, Domingo Menna, y de Ani, Ana María Lanzillotto, su compañera, embarazada de ocho meses el día del secuestro. Ellos son parte de la causa fragmentada, dividida en múltiples casos. Los testigos, sin embargo, terminaron volteando esa fragmentación. Diana Cruces, la esposa de Fernando Gertel, del buró político, caído ese mismo día, habló de eso al final de la declaración: “Ya he testimoniado muchas veces, aunque es la primera vez que lo hago en etapa oral. Voy a tener que seguir haciéndolo. Deseo hacerlo por cada compañero: Santucho, Benito Urteaga, Domingo Menna, Ana María Lanzillotto y Liliana Delfino, pero esto implica mucho dolor, mucho costo para todos nosotros. Por eso solicito al tribunal a ver si podemos unificar las causas para que se haga justicia”.

–¿Quienes son tus padres? –le preguntó desde la fiscalía Marcelo García Berro a Ramiro Menna.

–Mi madre es Ana María Lanzillotto y mi padre, Domingo Menna –dijo y siguió de un tirón–. Ana María era hija de Nicolás Lanzillotto y Brígida Cáceres. Nacida y criada en La Rioja. Estudió en Tucumán, militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores. Domingo Menna es hijo de Pánfilo Menna y de Irma, nacido en Italia, pero desde muy pequeño criado en Tres Arroyos. Hizo los estudios universitarios en Córdoba. Conoció a mi vieja en el PRT, estimo que a fines del ’72 o principios del ’73.

–¿Qué sabe de los hechos?

–En el año ’76 yo tenía dos años. Lo que pude reconstruir del 19 de julio es lo siguiente: en Villa Martelli vivían en un edificio con varias familias, en distintos departamentos en situación de clandestinidad. Yo vivía ahí con ellos y en horas de la mañana me habían llevado a una guardería. Durante ese día se produjo el operativo militar que digamos concluye con la muerte de Santucho, Urteaga y los secuestros de mi padre, mi madre, Liliana Delfino y creo que también de Fernando Gertel. El resto de la familia se enteró de la caída por la tele y los medios de comunicación. En La Rioja había una parte importante de mi familia materna. Averiguaron qué hacer. Un tío abogado, Carlos Mario Lanzillotto, tenía un compañero de la facultad que parece tenía vínculos con la dictadura. Algún tipo de rol en la Justicia. El hombre éste les dijo: “De tu hermana y su marido, si no los mataron, olvidate de que te los devuelvan con vida. Del hijo voy a ver qué puedo hacer”. Averiguó y les pasó el dato de dónde estaba yo, por lo menos es lo que pudimos reconstruir: yo terminé en una guardería que dependía de la Cooperadora de la Policía Federal y estaba bajo la órbita del Juzgado Federal de San Martín. Ahí fue donde me encontraron.

Durante el día de ayer declararon también Alba Lanzillotto, una tía de Ramiro que estuvo en Abuelas de Plaza de Mayo durante más de veinte años; su hermana María Isabel; Diana Cruces, Juan Arnol Kremer, “Luis” para los militantes, de la conducción.

“El día 19, no recuerdo bien si alrededor de las tres de la tarde –dijo Kremer–, me dirijo al domicilio de Menna y, dadas las circunstancias, teníamos que seguir medidas preventivas, como llamar por teléfono. Llamé desde una zona cercana y, para mi sorpresa, la voz que apareció en el teléfono era absolutamente desconocida.”

–Soy Flores –dijo él, como debía hacerlo.

–¡Venga Flores! ¡Venga! ¡Que lo estamos esperando!

“Eso me dio la pauta de que en esa casa pasaba algo rarísimo. Me dirigí a la Avenida General Paz (desde donde veía una ventana) y desde el coche vi la luz encendida, las ventanas abiertas y una situación muy rara. Busqué otro teléfono público. Oí otra voz. Algo había pasado, así que me retiré de la zona.”

Alba estaba en Carmen de Patagones, territorio de su hermana Quela, adonde había llegado escapando después de estar detenida y ser amenazada. “Estábamos en una verdulería con la radio prendida”, dijo, sentada, el pelo blanco. “Cortan la trasmisión y dan la sensacional noticia de que habían matado a los dirigentes del PRT, de donde eran mis hermanas, y Santucho. Yo me quedé sorprendida. Con mi hermana Quela y el esposo nos pusimos a buscar datos en la televisión y empezaron a dar las noticias, como las que daban ellos: mitad verdad, mitad mentira, más mentira que verdad. Dijeron que Urteaga y Santucho estaban muertos, así que creímos que Menna también, pero después empezaron a llegar noticias por otro lado. Una revista decía que eran tres los cadáveres que habían sacado, y dos mujeres caminando, que al final eran Liliana y Ana María. Leíamos lo que salía en los diarios, pero uno no sabía si creer o no.”

Después de Alba continuó su hermana María Isabel. Se sentó en la misma silla que misteriosamente está colocada de espaldas al público. “Yo estaba en La Rioja –dijo–, recibí una carta que venía dirigida a mí con mi sobrenombre, que es Beba. La mandaron al estudio de mi marido y de mi hermano. Abrí la carta sin firma y decía: Ana María fue detenida ‘con vida’, con letras bien grandes. ‘Tienen que venir urgente a retirar a Ramiro a la guardería porque si no va a pasar a la guardería de la Policía Federal’. Mi hermano se vino con la carta para Buenos Aires. A hacer todo lo posible para encontrarlo. Eso sucedió.”

Ramiro recordó los nombres de quienes aportaron datos durante estos años para reconstruir cada momento. Así fue diciendo que el Gringo estuvo con vida en Campo de Mayo durante algún tiempo, torturado e interrogado por el dinero, como lo dijo Alba después: “Corrieron muchas versiones –dijo ella–, que lo torturaban enormemente porque esos señores salvadores de la Patria lo único que querían era el dinero para sí mismos, no era para la Patria seguro”. A partir de una orden de Santiago Riveros, al Gringo lo arrojaron al río con Liliana Delfino y otros. Ana María estuvo en Campo de Mayo. La compañera de Gertel dijo que dio a luz en el Hospital Militar de Campo de Mayo. Para noviembre cayó además su hermana melliza María Cristina.

–¿Sabés si tu mamá tuvo ese hijo? –le preguntaron a Ramiro.

–Existen razones para creer que sí. La primera es la práctica sistemática que un juicio reciente ha dado por probado: cuando una mujer estaba embarazada era usual conservarla con vida hasta que diera a luz. Y, por otro lado, está el testimonio de Roberto Peregrino Fernández, que dijo que mi vieja dio a luz. Y está la otra persona que dijo que estando detenida otra mujer dijo: “La compañera del Gringo Menna dio a luz”. Creemos que el embarazo llegó a término y mi hermana o hermano continúa desaparecido.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Mañana continúan las audiencias en el nuevo juicio por Campo de Mayo


Abuelas de Plaza de Mayo informa que mañana, martes 18 de septiembre, continuarán las audiencias públicas ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de San Martín, en el nuevo juicio por los crímenes de lesa humanidad de Campo de Mayo.
Los represores Reynaldo Bignone, Santiago Riveros y Eugenio Guañabens Perelló son algunos de los acusados en este proceso que contempla veinte víctimas, entre ellas siete embarazadas.
Desde las 9.30, está previsto que declaren testigos del caso de Ana María Lanzillotto, embarazada de entre 7 y 8 meses al momento del secuestro, y su pareja, Domingo Menna. Entre otros, darán su testimonio: Alba Rosa Lanzillotto y María Isabel Lanzilloto (hermanas de Ana María), Ramiro Nicolás Gaggiotti (hijo mayor de Ana María y Domingo), Luis Mattini (compañero de militancia de Menna), Dora Gennaro (sobreviviente), Mario Bonifacio Álvarez (primo de Ana María que buscó a Ramiro) y Diana Cruces (viuda de Fernando Gertel, desaparecido el mismo día que Menna).
            Más tarde, comenzarán los testimonios por la desaparición de Susana Stritzler, embarazada de 8 meses, entre otros casos. Declararán: dos vecinos del lugar donde se realizó el operativo de secuestro; Griselda Fernández (sobreviviente de “El Campito”); y Raúl Enrique Castro (hermano del desaparecido Carlos Castro, pareja de Susana).
Las audiencias ante el TOF 1 se desarrollarán en la sala de la calle Pueyrredón 3728, partido de San Martín. Los mayores de 18 años pueden ingresar con DNI.
Esperamos contar con su compañía en este proceso en busca de Memoria, Verdad y Justicia.
Ciudad de Buenos Aires, 17 de septiembre de 2012.

jueves, 13 de septiembre de 2012

“Cuiden y quieran mucho a la nena, recuérdenme y quiéranme en mi hija"

Foto: La sala anexa del TOF 1 de San Martín, colmada por alumnos de 6to. año de la Escuela Media 8 de Gral. Pacheco que desde 2007 participan del programa "Jóvenes y Memoria".

"La extraño y la necesito y necesito que una parte de mí viva en ustedes". Escrita mientras estaba detenida-desaparecida, la carta de Myriam Ovando a su familia conmovió al público que llenó las dos salas dispuestas por el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín para el juicio de Campo de Mayo.
Enviada desde una casa particular situada en Escobar –utilizada por el Ejército como centro clandestino y cuya dirección aún permanece en las sombras–, la misiva fue incorporada como prueba en el debate oral por la querella de Abuelas de Plaza de Mayo. La hipótesis es que Myriam fue llevada luego a Campo de Mayo para dar a luz.
Previo a esto, prestaron declaración ante los jueces la coordinadora del Banco Nacional de Datos Genéticos, Belén Rodríguez Cardozo, quien detalló cómo se llevó a cabo el procedimiento en el que se obtuvo el material genético de Catalina De Sanctis Ovando, la hija de Myriam, con el cual, más tarde, se pudo confirmar su verdadera identidad.
Posteriormente, fue el turno de dos testigos de otro allanamiento, en este caso en Avenida Libertador 4748, el edificio donde vivían los apropiadores de Catalina, el ex oficial de inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo.
Aportados por la defensa de los acusados, tanto Catalino Baltasar Delgado como Cristian Ramón Sanabria Silva, los testigos en cuestión, reconocieron sus firmas en las actas labradas por la comitiva policial y confirmaron que en el departamento 4to. 9, propiedad del matrimonio, se encontraron cartas y libros que fueron debidamente embalados y que hoy forman parte de la prueba incluida en la causa.
Las cartas recogidas en el domicilio de Garzón y Morillo, cabe recordar, dan cuenta de la responsabilidad de ambos en la apropiación de Catalina y apuntan además al involucramiento del Movimiento Familiar Cristiano en la trama del robo de bebés durante la dictadura.
Además de la carta de Myriam, la secretaria del tribunal consignó las diversas pruebas incorporadas en el caso: legajos Conadep, una nota del diario La Opinión, informes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y hasta informes secretos del Ejército. Luego de un cuarto intermedio, la fiscalía dio lectura a la ampliación de la acusación contra Santiago Omar Riveros por varios homicidios y se espera que a continuación se efectúe la acusación contra Carlos Eduardo José Somoza, Julio San Román y Hugo Miguel Castagno Monge, tres represores de “El Campito”.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Continúan las audiencias



Abuelas de Plaza de Mayo informa que mañana, jueves 13 de septiembre, desde las 9.30, se retomarán las audiencias del nuevo juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo, que incluye veinte víctimas, entre ellas siete embarazadas.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de San Martín continuará tomando testimonio por la apropiación de Catalina de Sanctis Ovando, nieta restituida en 2008 y querellante en esta causa contra sus apropiadores, el ex oficial de inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo. Declararán, entre otros, Belén Rodríguez Cardozo, directora del Banco Nacional de Datos Genéticos, y diversos testigos de procedimientos realizados en la causa.
Al término de estos testimonios, se hará apertura de la causa que incorpora a tres nuevos imputados: Carlos Eduardo José Somoza, Julio San Román y Hugo Miguel Castagno Monge, represores de “El Campito”.
Las audiencias se desarrollan en la sala de la calle Pueyrredón 3728 (partido de San Martín). En el blog nuevojuicioporcampodemayo.blogspot.com se puede obtener más información sobre los casos y los imputados.
Esperamos que los medios y la sociedad en general nos acompañen en este proceso que juzga a algunos de los responsables de la desaparición de nuestros/as hijos/as y nietos/as.
Ciudad de Buenos Aires, 12 de septiembre de 2012.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Próximas audiencias del juicio


Jueves 13 de septiembre
Continúan los testimonios por la apropiación de Catalina de Sanctis Ovando y la desaparición de sus padres, Raúl de Sanctis y Miryam Ovando.
Declararán: el policía que estuvo a cargo del allanamiento en San Luis (donde se secuestró material para el cotejo en el BNDG); testigos del procedimiento en la calle Libertador (ofrecidos por la defensa); Belén Rodríguez, del BNDG; dos testigos del secuestro de Raúl y Miryam, y una mujer que era hija del dueño de la casa donde vivían los padres de Catalina.
Al término de estos testimonios, se hará apertura de la causa 2369 y se incorporarán tres nuevos imputados: Somoza, Castagno Monge y San Román.


Martes 18 de septiembre
Inicio con testigos del caso de Ana María Lanzilotto y Domingo Menna. Entre otros, Alba Rosa Lanzilotto (madre de Ana María); Ramiro Nicolas Gaggioti (hijo de Ana María y Domingo)  y Juan Arnold Kramer (compañero de militancia de Menna). Se incorpora también la declaración por lectura de Patricia Ana Erb, quien estuvo secuestrada en “El Campito” y vio a Menna y a Ana María.
A continuación, declararán los testigos del caso 248. Una de las víctimas es la embarazada Susana Strizler; otra, su pareja, Carlos Castro. 
Declararán, entre otros: Germán Strizler (hermano de Susana), Silvia Strizler, Raúl Enrique Castro (hermano de Carlos) y Griselda Fernández (sobreviviente de “El Campito”).

martes, 4 de septiembre de 2012

Catalina de Sanctis Ovando: “Ella sabía que había una mujer que estaba por parir y se iba a quedar con su hija”

Foto: Catalina de Sanctis Ovando, antes de entrar a la sala de audiencias. (Crédito: Rolando Andrade)


“Que este Tribunal y la sociedad tomen conciencia de la real responsabilidad de estas dos personas y que era requisito que mis padres murieran para que ellos se quedaran conmigo”, pidió la nieta Catalina de Sanctis Ovando ante el TOF 1, de San Martín, en uno de los momentos más fuertes de su testimonio. Catalina involucró directamente al ex oficial de Inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo, imputados por su apropiación.

A continuación, algunos fragmentos de la declaración de Catalina:

“Crecí creyendo que era Carolina Hidalgo Garzón, que había nacido el 15 de agosto. Fui criada por un militar (Carlos del Señor Hidalgo Garzón) y por ella (María Francisca Morillo), que decía que era psicopedagoga y no era. Crecí en Belgrano. Ahí fui a la escuela primaria y secundaria. Él pasaba mucho tiempo conmigo porque no conseguía trabajo. En los primeros años de secundario recuerdo que él era alcohólico y ella, enferma psiquiátrica. Mi adolescencia fue muy dolorosa y me avergonzaban mucho. Mi identidad… no era que tenía dudas, sino que hacía preguntas porque nací en Campo de Mayo estando a metros del Hospital Militar o porque no había fotos de ella embarazada...”

“Empecé a estudiar en Bellas Artes, a conocer gente que militaba por la Verdad y la Justicia. Un día estaba preparando un final de grabado y vi la publicidad de Abuelas y las ideas se me ordenaron. Ahí fui a decirle a Murillo -no a preguntarle- que era hija de desaparecidos. Ella me dijo que las Abuelas mentían y que ella me lo quería decir pero tenía miedo de que yo lo contara porque era muy comunicativa. Ella me iba a decir que era adoptada. Pero no lo era. Después comprobé que algo que yo creí que era un sueño había pasado: que me lo había dicho a los 6 años en el cordón de la vereda y después se arrepintió. Y para terminar me dijo que si yo decía algo ellos iban a ir presos. Entonces yo empecé a mentir como ellos, era todo muy perverso”.

“Años después, me llamaron de Abuelas o de la Conadi para comentarme que podía ser que fuera una nieta. Yo les dije que no quería saber nada. Al año siguiente se acercó el nieto Manuel Gonçalves Granada al profesorado donde yo estudiaba y salí corriendo. En 2006 me casé y cuando estaba dando clases de pilates me llevaron la citación judicial. Yo sabía que me iba a tener que hacer un análisis, entonces empecé a postergarlo. Mi abogado era el mismo que el de él (Hidalgo Garzón), entonces me recomendó que me fuera del país, mejor a Paraguay porque ahí estaba Bianco que tenía al menos un nieto apropiado. Era un lugar seguro, según este señor. En Paraguay estuve tres días porque me sentía mal porque pasamos sin documentos. Nos fuimos a Misiones y después a San Luis, a la quinta del hermano de Rodri, mi marido”.

“El allanamiento fue en 2008. Fue angustiante, pero un alivio. Cuando estuvo el resultado me citó el juez. Me llamó por mi nombre, que no me gustó, y me dio una foto de mis viejos horrible -porque era en blanco y negro- porque yo me quería parecer a alguien. Me dio una carta de mi mamá, me dijo que estaba mi familia".

“Ella tuvo un brote y yo me sentía obligada a hacerme cargo de ellos. Todo ese tiempo fue muy difícil. Hidalgo Garzón, además, nos amenazaba y decía que nosotros lo estábamos privando de su libertad para sacarle sus cosas”.

Catalina contó que Hidalgo Garzón no se hacía cargo de nada y, cuando la mujer volvió de la internación, ella tenía que bañarla y cuidarla. Fue entonces que la nieta y su marido le pidieron al abogado una sugerencia para poder resolver qué hacer: “Y la declaramos insana, pero yo no sabía qué pasaba con eso. En 2010 la internamos y entonces ahí yo empecé a tener ganas de conocer a mi familia. El abogado no me ayudaba”.

“Yo le pedí a ella que me ayudara a ordenar. Como no lo hacía, ahí encontramos una tarjeta como de registro de compra de ropa de bebé y decía que habían retirado ropa el 13 de agosto de 1977. Primero no le di importancia, pero después me di cuenta de que eso era terrible, que ellos sabían, que ella sabía que había una mujer que estaba por parir y se iba a quedar con su hija. Después encontramos una carta del Movimiento Familiar Cristiano y ella hablaba mucho de cómo eran los partos”.

“Me di cuenta de que yo estaba haciendo lo mismo, que no me quería hacer cargo. Y ahí me empecé a hacer preguntas y a buscar información. Releí la carta de mi mamá. Me di cuenta de que yo con él tenía claro el tipo de persona que era pero con ella (Morillo) me di cuenta de que también era responsable. Ahí me empezó a molestar que me llamaran por el nombre que ellos me habían puesto”.

“A través de una terapeuta, cambié de abogados y tampoco me sirvió porque ellos no querían que me cambiara el nombre. Ahí fue que decidí llamar a mi familia. Hablé con mi tío, que no estaba muy bien de salud, y después con el primo de mi papá, Oscar, que me mandó fotos. Ahí me pude ver. Vi fotos de mi papá lindo. Oscar me invitó y después Iván me entregó el archivo en el que pude escuchar la voz de mis abuelos, a los que no pude conocer. Y después fue que decidí llamar a Abuelas para hablar con los abogados para poder volver a tener mi nombre y que me informaran sobre la causa. Ahí les dije que quería ser querellante y empecé a conocer nietos. Más familia, más compañeros de militancia”.

“Todo lo que yo no quería, lo que él (Hidalgo Garzón) decía que iban a hacer las Abuelas, me lo hizo él. Me expuso, escribió notas sobre mí en Desarrollo Político, puso cosas en mi boca que yo no había dicho. Yo con él  no tenía relación ya, pero Rodrigo le preguntó y juntó información para cuando yo quisiera saber. Le daban respuestas inconsistentes: que nací en Campo de Mayo porque estaban yendo a lo de una pariente, que nací con 8 meses, con 7… siempre eran distintas las respuestas”. ¿Te dijeron que eras hija de desaparecidos?, preguntó el abogado de Abuelas, Mariano Gaitán, y Catalina respondió: “No. Lo que sí recuerdo es que había como una campaña contra Abuelas.  Pero cuando yo empecé a tener un pensamiento propio me empecé diferenciar de él. Y cuando supe que era hija de desaparecidos me empezó a insultar: ‘¡hija de subversivos!’.

“Mis papás eran muy alegres, les gustaba hacer deportes. Mi papá jugaba al rugby y mi mamá hacía gimnasia deportiva y nado. Iban a escuelas católicas y militaban con los curas tercermundistas. Se conocieron en un campamento y cuando se fueron a estudiar empezaron a militar en la JUP. Militaron en Villa Constitución, Paraná... Sigo armando el rompecabezas”.

“Hidalgo Garzón siempre tuvo el hábito de escribir cartas, unas afectuosas otras con insultos. Cuando se conoció el resultado del ADN me decía ‘la sangre criminal tira’ o que mi mamá era una asesina. Muchas cartas las leí después porque no las podía leer en ese momento”.

Al dirigir sus últimas palabras al Tribunal, Catalina pidió: “En primer lugar, me parece importante que se siga profundizando en la investigación de los implicados directos de los juicios. Que este Tribunal y la sociedad tomen conciencia de la real responsabilidad de estas dos personas y que era requisito que mis padres murieran para que ellos se quedaran conmigo. Que ella es tan responsable como él: ella es la que me dijo que era mi mamá y que me llevó en su panza. Quiero que el Tribunal y la sociedad comprendan y sepan esto”.

El apoyo de Rodrigo
A continuación, declaró Rodrigo Amieva, marido de Catalina, quien narró cómo su mujer le contó sobre su origen. Le dijo que “ella siempre tuvo un recuerdo, como un sueño, que era adoptada y que eso lo pudo confirmar”. “Ella siempre se sintió distinta, como que era sapo de otro pozo. Cuando tenía 20 años vio una publicidad de Abuelas y ahí se le acomodaron las fichas. Entonces les fue a decir que era hija de desaparecidos”.

“Ahí (Morillo) le confirmó que ella le había dicho que era adoptada pero que en el 84 se desdijo porque Abuelas ya tenía más visibilidad y se sabía lo que le podía pasar a los apropiadores”.

“Manuel (Gonçalves) se le había acercado a Cata en el profesorado para darle material para despertarla: denuncias anónimas, un mapa que mostraba lo cerca que estaba el hospital central de la casa y lo lejos que estaba Campo de Mayo, donde nació, y una fotocopia de una partida de nacimiento que decía como fecha de nacimiento el 11 de agosto”.

“La conocí con una identidad falsa y después todo lo que pasó fue un proceso duro. Es inimaginable lo que le pasó, es difícil. Sin embargo, yo empecé a ver un poco más de luz en ella. Cuando vio por primera vez una foto en la que se vio parecida le cambio la cara... Conocer la gran familia que es Abuelas de Plaza de Mayo, conocer a todos los nietos… Yo los veo cuando se juntan periódicamente, que se conocen desde siempre y se acompañan y tienen sus buenos días y malos, y siempre se encontraron. Y saber que siempre la buscaron”.

“Para mí, mi mujer es una leona y espero que sirva de ejemplo para que otros se animen. Me saco el sombrero”.

domingo, 2 de septiembre de 2012

La nieta Catalina de Sanctis Ovando declara este martes en el juicio por Campo de Mayo

Comunicado de prensa
 
Abuelas de Plaza de Mayo informa que la nieta restituida Catalina de Sanctis Ovando declarará el martes 4 de septiembre en el nuevo juicio por Campo de Mayo, que incluye la causa por su apropiación.
Ese día, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 1 de San Martín hará apertura de esa causa y leerá la acusación contra los apropiadores de Catalina, el ex oficial de inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo. Por este caso declararán también el marido de Catalina, Rodrigo Amieva, y Oscar de Sanctis, primo de Raúl.
Catalina es hija de Miryam Ovando y Raúl René de Sanctis. Miryam fue secuestrada el 1° de abril de 1977 en la localidad de Virreyes, embarazada de seis meses. Raúl, en mayo de ese mismo año, en la estación de trenes de Campana.
Miryam estuvo detenida ilegalmente en un centro clandestino de Escobar y, el 11 de agosto de 1977, dio a luz a Catalina en el Hospital Militar de Campo de Mayo.
Ante las denuncias sobre una joven que podría ser hija de desaparecidos, la justicia ordenó secuestrar objetos personales para realizar los estudios en el Banco Nacional de Datos Genéticos. El 8 de septiembre de 2008, Catalina supo que es hija de Raúl y Miryam, ambos desaparecidos. Hoy es querellante en la causa contra sus apropiadores.

El juicio
Este nuevo juicio por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo tiene en el banquillo de los acusados a los represores Santiago Omar Riveros y Reynaldo Benito Bignone, entre otros, y comprende a veinte víctimas, entre ellas siete embarazadas.
Desde las 9.30, Pedro Antonio Guallini y Pedro Flores, policías de la Comisaría 4° de Vicente López que funcionó como centro clandestino de detención durante la última dictadura, declararán por los casos de Isabel Acuña, embarazada de cinco meses al momento de su secuestro, y su pareja, Oscar Rómulo Gutiérrez.
Las audiencias públicas ante el TOF 1 se desarrollan en Pueyrredón 3728, partido de San Martín. En el blog nuevojuicioporcampodemayo.blogspot.com se puede acceder a información actualizada y al cronograma de audiencias.
Esperamos contar con la colaboración de los medios y de la sociedad en general para difundir los juicios contra los genocidas que secuestraron y desaparecieron a nuestros hijos y nietos.