jueves, 13 de septiembre de 2012

“Cuiden y quieran mucho a la nena, recuérdenme y quiéranme en mi hija"

Foto: La sala anexa del TOF 1 de San Martín, colmada por alumnos de 6to. año de la Escuela Media 8 de Gral. Pacheco que desde 2007 participan del programa "Jóvenes y Memoria".

"La extraño y la necesito y necesito que una parte de mí viva en ustedes". Escrita mientras estaba detenida-desaparecida, la carta de Myriam Ovando a su familia conmovió al público que llenó las dos salas dispuestas por el Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín para el juicio de Campo de Mayo.
Enviada desde una casa particular situada en Escobar –utilizada por el Ejército como centro clandestino y cuya dirección aún permanece en las sombras–, la misiva fue incorporada como prueba en el debate oral por la querella de Abuelas de Plaza de Mayo. La hipótesis es que Myriam fue llevada luego a Campo de Mayo para dar a luz.
Previo a esto, prestaron declaración ante los jueces la coordinadora del Banco Nacional de Datos Genéticos, Belén Rodríguez Cardozo, quien detalló cómo se llevó a cabo el procedimiento en el que se obtuvo el material genético de Catalina De Sanctis Ovando, la hija de Myriam, con el cual, más tarde, se pudo confirmar su verdadera identidad.
Posteriormente, fue el turno de dos testigos de otro allanamiento, en este caso en Avenida Libertador 4748, el edificio donde vivían los apropiadores de Catalina, el ex oficial de inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón y su mujer, María Francisca Morillo.
Aportados por la defensa de los acusados, tanto Catalino Baltasar Delgado como Cristian Ramón Sanabria Silva, los testigos en cuestión, reconocieron sus firmas en las actas labradas por la comitiva policial y confirmaron que en el departamento 4to. 9, propiedad del matrimonio, se encontraron cartas y libros que fueron debidamente embalados y que hoy forman parte de la prueba incluida en la causa.
Las cartas recogidas en el domicilio de Garzón y Morillo, cabe recordar, dan cuenta de la responsabilidad de ambos en la apropiación de Catalina y apuntan además al involucramiento del Movimiento Familiar Cristiano en la trama del robo de bebés durante la dictadura.
Además de la carta de Myriam, la secretaria del tribunal consignó las diversas pruebas incorporadas en el caso: legajos Conadep, una nota del diario La Opinión, informes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y hasta informes secretos del Ejército. Luego de un cuarto intermedio, la fiscalía dio lectura a la ampliación de la acusación contra Santiago Omar Riveros por varios homicidios y se espera que a continuación se efectúe la acusación contra Carlos Eduardo José Somoza, Julio San Román y Hugo Miguel Castagno Monge, tres represores de “El Campito”.

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