"La extraño y la
necesito y necesito que una parte de mí viva en ustedes". Escrita mientras
estaba detenida-desaparecida, la carta de Myriam Ovando a su familia conmovió
al público que llenó las dos salas dispuestas por el Tribunal Oral Federal N° 1
de San Martín para el juicio de Campo de Mayo.
Enviada
desde una casa particular situada en Escobar –utilizada por el Ejército como
centro clandestino y cuya dirección aún permanece en las sombras–, la misiva
fue incorporada como prueba en el debate oral por la querella de Abuelas de
Plaza de Mayo. La hipótesis es que Myriam fue llevada luego a Campo de Mayo
para dar a luz.
Previo a
esto, prestaron declaración ante los jueces la coordinadora del Banco Nacional
de Datos Genéticos, Belén Rodríguez Cardozo, quien detalló cómo se llevó a cabo
el procedimiento en el que se obtuvo el material genético de Catalina De
Sanctis Ovando, la hija de Myriam, con el cual, más tarde, se pudo confirmar su
verdadera identidad.
Posteriormente,
fue el turno de dos testigos de otro allanamiento, en este caso en Avenida
Libertador 4748, el edificio donde vivían los apropiadores de Catalina, el ex
oficial de inteligencia del Batallón 601 Carlos del Señor Hidalgo Garzón y su
mujer, María Francisca Morillo.
Aportados
por la defensa de los acusados, tanto Catalino Baltasar Delgado como Cristian
Ramón Sanabria Silva, los testigos en cuestión, reconocieron sus firmas en las
actas labradas por la comitiva policial y confirmaron que en el departamento
4to. 9, propiedad del matrimonio, se encontraron cartas y libros que fueron
debidamente embalados y que hoy forman parte de la prueba incluida en la causa.
Las cartas
recogidas en el domicilio de Garzón y Morillo, cabe recordar, dan cuenta de la
responsabilidad de ambos en la apropiación de Catalina y apuntan además al
involucramiento del Movimiento Familiar Cristiano en la trama del robo de bebés
durante la dictadura.
Además de
la carta de Myriam, la secretaria del tribunal consignó las diversas pruebas
incorporadas en el caso: legajos Conadep, una nota del diario La Opinión,
informes de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y hasta informes
secretos del Ejército. Luego de un cuarto intermedio, la fiscalía dio lectura a
la ampliación de la acusación contra Santiago Omar Riveros por varios
homicidios y se espera que a continuación se efectúe la acusación contra Carlos
Eduardo José Somoza, Julio San Román y Hugo Miguel Castagno Monge, tres
represores de “El Campito”.
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